El Duque de Edimburgo murió el 9 de abril de 2021 a los 99 años. Después de los homenajes y el funeral con el que se le despidió con todos los honores en Windsor Castle llegó el momento de que se hablara de su herencia. Menos de dos meses después de su fallecimiento se señaló que la heredera principal era la Reina Isabel, lo que al tener como destinataria de sus bienes a la Monarca, suponía un ahorro de impuestos.
El Príncipe Felipe, Duque de EdimburgoSe añadió que su secretario privado, Archie Miller-Bakewell y sus ayudantes William Henderson y Stephen Niedojadlo también se había llevado una parte y que todos sus nietos habían recibido algo de dinero también. Además, hubo libros para sus hijos y a su nieta Lady Louise Mountbatten-Windsor le legó su carruaje de caballos. Nada de esto fue confirmado ni desmentido por la Casa Real Británica, señalando que se trataba de un asunto privado del que no tenían que informar, y lo cierto es que casi medio año después de la muerte del Príncipe Felipe se ha conocido que sus voluntades serán mantenidas en secreto durante 90 años.
Tendrán que pasar nueve décadas, 9 años menos de lo que vivió el Duque de Edimburgo, para que se pueda saber cuál fue su testamento, y tampoco será de dominio público. Lo ha dictaminado el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra, cuyo presidente de la División de Familia, Sir Andrew McFarlane, escuchó en una audiencia privada en julio de 2021 a los representantes del patrimonio del Duque de Edimburgo y al Fiscal General, que representa al interés público en casos como este. Dos meses más tarde ha dictaminado a favor de que se selle el testamento.
La Reina Isabel y el Duque de Edimburgo en su 73 aniversario de bodaAsí, durante 90 años no se podrá acceder al testamento del Duque de Edimburgo. Después de esa fecha se podrá hacer, pero solo en privado. La decisión ha sido tomada así debido a la presencia dentro de su legado de la Reina Isabel, a la que se considera que hay que proteger. Sir Andrew McFarlane sostiene que debido a la posición del Soberano, hay que realizar una práctica especial sobre el testamento y proteger su dignidad: "Es necesario mejorar la protección que se brinda a los aspectos verdaderamente privados de la vida de este grupo limitado de personas para mantener la dignidad de la Soberana y los miembros cercanos de su familia ".
Una costumbre desde 1910
La decisión tomada no es algo extraño. Tras la muerte de un miembro de alto rango de la Familia Real Británica se ha tomado como una costumbre que se presente una solicitud para sellar el testamento. Con esto se consigue que no se conozca el legado del fallecido como sí podría hacerse si no se presenta esta reclamación, que luego tiene que ser aprobada por quien presida la División de Familia del Tribunal Superior de Justicia.
La Princesa Margarita, la Reina Madre y la Reina Isabel IIEsta práctica comenzó con la muerte del Príncipe Francisco de Teck, hermano de la Reina Mary, fallecido en 1910 a los 39 años. Temiendo un escándalo en el año de la coronación de Jorge V y Mary de Teck, se selló el testamento, una costumbre que se ha seguido. El de la Reina Madre y la Princesa Margarita también se sellaron, así como el del Príncipe Felipe, cuyo legado está a salvo de la curiosidad y el interés de la ciudadanía.
