La agenda de Meghan Markle en Sudáfrica no termina. Quien pensara que iba a quedarse esperando a que el Príncipe Harry cumpliera con sus compromisos en Botsuana, Angola y Malawi sin hacer nada, se equivocaba. Además de su encuentro con nueve mujeres sudafricanas que trabajan en la lucha por la igualdad de género y para acabar con la discriminación racial y su homenaje a la estudiante de 19 años Uyinene Mrwetyana, asesinada pocas semanas antes de la visita real, ha cumplido con otros actos, algunos por sorpresa.
Aprovechando su estancia en Johannesburgo, la Duquesa de Sussex se ha presentado en un complejo llamado Victoria Yards, un lugar en el que trabajan carpinteros, artesanos y escultores, entre otros profesionales, que ayudan a personas jóvenes y mujeres en riesgo de exclusión y de pobreza. Allí, el codirector de Makers Valley, este espacio de arte, trabajo y apoyo cooperativista, Simon Sizwe Mayson, ha mostrado los rincones de este lugar que ha encantado a la Duquesa de Sussex.
Meghan Markle ha sacado su lado más tierno abrazando a las niñas y los niños que se han lanzado a ella para conocerla y pasar un tiempo con un miembro de la Familia Real Británica. Además, ha hablado con distintos artistas y artesanos para conocer su realidad y sus actividades.
También se ha llevado un encargo que realizó tiempo atrás cuando la Embajada de Reino Unido pidió a Tshepo unos vaqueros que recogería Meghan Markle cuando visitara el lugar. Estos pantalones llevan una corona, como ha explicado el creador, por las tres mujeres que le criaron. Además, obsequió a tan distinguida visitante con dos petos para su hijo Archie Harrison, que en esta ocasión no acompañó a su madre.
De vuelta a la Universidad
La Duquesa de Sussex ha regresado a la universidad por un día. Meghan Markle se ha reunido con estudiantes y profesores de la Universidad de Johannesburgo para anunciar una serie de subvenciones de género de la Association of Commonwealth Universities, de la que es patrona real.
También ha comunicado la existencia de cuatro becas para estudiar en diferentes países de la Commonwealth y así fomentar el intercambio cultural. La consorte del Príncipe Harry escuchó la historia de una persona que ha sido beneficiada anteriormente y que empezó cubriendo su educación con el comercio de verduras en Kenia. Finalmente ha logrado trabajar en un estudios sobre los carcinógenos en su país y su vínculo con el cáncer.