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Don Felipe tenía claro que se casaría por amor, y aunque en la elección también tendría presente que no se trataría solo de su esposa, sino también de la futura Reina de España, no se sentía obligado a elegir entre una princesa o una aristócrata. No extrañó por tanto que la elegida fuera Letizia Ortiz Rocasolano, una presentadora de televisión de clase media.
Al Rey Juan Carlos no le gustó y menos todavía a cierta nobleza española. Esto último lo recuerda Alfonso de Ceballos, Marqués de la Floresta y Vizconde de Ayala en el podcast XRey de Spotify, cuya segunda temporada está centrada en la figura del Rey Felipe: "Al principio no gustó, hubo comentarios, no ataques". Un día le llegó por correo electrónico un texto anónimo de varios nobles que habían constituido la Plataforma Anti Letizia Ortiz (PALO) : "Venían a decir que si este chico se casa de esta manera había que poner en cuestión toda la supuesta preparación que tenía. Los ataques a la Princesa eran los dichos: divorciada, con historias sentimentales, con pasado, vamos a decirlo así". Lo que hizo el Marqués de la Floresta fue comunicarlo a la Casa del Rey y filtrarlo a El Mundo para que se conociera la existencia de PALO, donde militaron 13 nobles titulados y otras 20 personas de la Orden de Malta, el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid o el Real Academia Matritense de Madrid. Se llevó querellas, pero ganó.
No es que los Reyes Felipe y Letizia se lleven mal con los nobles, pero la relación es distante, y de hecho Don Felipe ni ha entregado títulos nobiliarios desde su subida al trono, ni planea hacerlo. Ya cuando eran Príncipes de Asturias querían que hubiera cambios, que la Casa Real fuera más moderna, actual y cercana. Así lo confiesa una persona que trabajó para la Casa Real en los primeros años de matrimonio de los entonces Príncipes de Asturias: " Una de las cosas que siempre adjuraban es que éramos una pandilla de burócratas y funcionarios todos los que estábamos allí, que seguíamos las consignas que nos daba el Jefe de la Casa y no teníamos libertad. Se quejaban mucho de la burocracia de la Casa: 'Aquí hay que poner una instancia para conseguir un teléfono'. Ella quería organizar a los medios de comunicación y tenía la mala costumbre de hablar con sus amigos periodistas". No gustó demasiado que Doña Letizia quisiera renovaciones y que Don Felipe estuviera de acuerdo.
Lo que no gustaba a los entonces Príncipes de Asturias era ya no ver cómo no se les hacía caso, sino los problemas que generaba el Rey Juan Carlos, al que veían como la persona que complicaba su acceso al trono: " Tenían siempre la angustia que se les estaba complicando el acceso al Trono. El Rey con Corinna les estaba poniendo palos en las ruedas. Decían: 'no llegaremos, mi padre nos va a dejar sin reinar ', y esa ansiedad les provocaba estar muy tensos en la relaciones habituales con todos. Todo el rato nos pedían: 'Qué ha dicho este, qué ha dicho este otro'. Tenían miedo de lo que se pudiera saber", reconoce esta fuente.
Una casa principesca para Felipe y Letizia
Felipe VI se había caído ya del guindo y sabía que su padre, al que admiraba en algunas cosas, no era un ejemplo para otras. Atrás quedaban esos años en los que Don Felipe exaltaba la figura de su padre y le veía como un modelo a seguir, como expresó en la entrevista que concedió al cumplir 30 años: " La influencia ha sido y es enorme, es un padre, un amigo y también un consejero. Es un ejemplo para mí en vida y también sigo un consejo que me ha dado, que no intente imitar lo que él ha hecho, sino que desarrolle mi propia personalidad, mi estilo y maneras propias. Destaco su don de gentes, su sentido del honor y el sentido del deber que siempre ha demostrado y nos ha inculcado, ese olfato político y su vocación de servicio a España". Años después no podría expresar lo mismo y Don Felipe acabó echando en cara a Juan Carlos I un comportamiento errático que le iba a costar el trono: " Me estás dejando sin posibilidades de ser Rey ", le dijo a su padre.
Y como pasa en la Familia Real Británica, hubo problemas de egos y de competencia. El éxito de los Príncipes de Asturias se veía como una competencia con los Reyes Juan Carlos y Sofía: "La Reina Sofía decía: 'Yo he ido a la ópera y no me han sacado. ¿Qué tengo que hacer para salir más?' Le decíamos que no se preocupara, que tenía los mejores datos de aceptación de la gente, pero ella veía cómo Letizia le hacía sombra. El asunto fue a más, pero en cuanto a las demandas de los herederos. Pidieron una casa principesca propia en lugar de una secretaria dependiente, querían más autonomía, poder e independencia, lo que fue frenado por el entonces Jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza, que les dejó claro que la Casa Real era única y que además Don Juan Carlos recordaba con poco cariño aquellos años en los que Don Juan tenía su 'Casa' en Estoril, con "las intrigas y disfunciones que podían llegar a cometerse con dos jefaturas".
Pero los Príncipes de Asturias no cedieron del todo, empezaron a distanciarse de los Reyes Juan Carlos y Sofía e intentaron rodearse de gente más afín. El resultado fue que salieron de La Zarzuela el director de comunicación Juan González Cebrián, y su adjunto, Jordi Gutiérrez, que fueron recolocados. Pero llegó la abdicación y se cambió de jefe. Por fin Don Felipe y Doña Letizia podían hacer las cosas más a su manera, o al menos intentarlo. No extraña que Jordi Gutiérrez volviera y lo hiciera como director de comunicación.
¿Pero han conseguido Don Felipe y Doña Letizia modernizar la Monarquía? Según se mire. Están a años luz de otras Casas Reales, pero algún paso han dado. Uno de los defensores de una Monarquía tranquila con Felipe VI al frente es José Antonio Zarzalejos, periodista autor del libro 'Felipe VI. Un rey en la adversidad', que en su momento concedió una entrevista a Bekia, y que participó en el podcast: "El papel de Felipe quedará como un misterio. Es consciente de que él encarna la más absoluta y no carismática Jefatura del Estado. Es el rey de la normalidad, no es el motor del cambio. Nos daremos cuenta que el reinado de Felipe VI tiene más épica y más dificultad política que la que tuvo su padre", señaló Zarzalejos.