Desde que estalló el Caso Nóos en 2011, Casa Real estableció un cordón para proteger a la Monarquía del mayor escándalo en el que se ha visto implicada la primera Institución desde 1975. La imputación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín ha provocado una ruptura familiar, ya que los Reyes Felipe y Letizia no quieren saber nada de ellos para salvaguardar la imagen de la Monarquía.
Aunque su interés en hacer noche en la residencia de la Familia Real podría deberse a que desearía ver a sus padres antes de enfrentarse a la Justicia, lo cierto es que ni Juan Carlos de Borbón ni Doña Sofía estaban en La Zarzuela. El anterior Rey de España se encontraba de caza, mientras que la Reina Sofía se emplazaba en Luxemburgo, donde la realeza europea se reunió con motivo del 95 cumpleaños de Juan de Luxemburgo.
Los motivos de Felipe VI para estar enfadado con su hermana son muchos. Uno de los últimos viene de la negativa de esta a pedir perdón por el daño que ha causado a la Monarquía. Convencida como está de que ni ella ni su marido han hecho nada malo, se ha negado a retractarse.