Una más entre la realeza europea
Tatiana Marie Renata Eugénie Elizabeth Marguerite Radziwill es hija de la Princesa Eugenia de Grecia y el Príncipe Dominik Radziwill. Mientras que su madre era prima del Rey Pablo I de Grecia (padre de la Reina Sofía) y descendiente por vía materna del mismísimo Napoleón Bonaparte, el título del Príncipe Radziwill era mucho más cuestionable. Aún así, con el tiempo emparentaría también por vía paterna con la hermana de Jackie Kennedy, Lee Bouvier (casada en 1959 con Stanislaw Radziwill).
Una más en la Familia Real Griega
Tatiana Radziwill nació el 28 de agosto de 1939 en Ruan (Francia), pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó a su familia a regresar a Grecia pensando que allí estarían más seguros. Nada más lejos de la realidad: en 1941 las tropas alemanas e italianas ocuparon el país heleno y la Familia Real Griega se vio obligada a huir al exilio. No solo los Reyes Pablo y Federica junto a sus dos hijos, sino también todos sus parientes cercanos. Lo cual incluía a los Radziwill.
Su primera parada fue Alejandría, pero de ahí pasarían a Mozambique y finalmente a Sudáfrica. Allí decidieron establecerse los Glücksburg durante el tiempo que duró la contienda y fue también allí donde surgieron los lazos casi fraternales entre Tatiana y la por entonces Princesa Sofía, quien hasta ese momento no había tratado con ningún otro niño que no fuese su hermano Constantino. Su prima, ocho meses menor que ella, se convertiría en su mejor amiga y compañera de juegos durante los años que duró el exilio.
Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, los Reyes regresaron a Grecia con sus hijos y los Radziwill volvieron a establecerse en París, pero no por mucho tiempo. En 1946 se divorciaron, y tanto la una como el otro volvieron a casarse: la Princesa Eugenia con el Príncipe Raimundo della Torre e Tasso y el Príncipe Domik con una joven americana llamada Lidia Lacey Boodgood.
Tatiana y su hermano Jorge se quedaron inicialmente con su madre, pero la mala relación que tenían con el nuevo marido de esta obligó a que fuesen sus abuelos quienes decidieran hacerse cargo de su custodia. De este modo, el Príncipe Jorge de Grecia y María Bonaparte se llevaron a los dos con ellos a Atenas y allí pasaron a formar parte de manera oficiosa (que no oficial) de la Familia Real Griega y a convivir diariamente con los Reyes y sus hijos.
El tiempo fue pasando y los niños se iban a haciendo mayores. Pero nada afectó a su relación. La primera en dejar el hogar familiar fue la Princesa Sofía tras casarse en 1962 con Don Juan Carlos de Borbón y al poco tiempo lo mismo hizo el Príncipe Constantino con Ana María de Dinamarca en 1964. En ambas ceremonias Tatiana Radziwill ejerció de dama de honor puesto que seguía soltera, pero en 1966 protagonizó su propia boda.
El novio era el doctor Jean Henri Fruchard, al que había conocido en la Universidad de París. Él estudiaba Cardiología y la princesa griega se especializó en Investigación Bacteriológica. Su pasión por la ciencia los unió y el 24 de marzo de 1966 se dieron el 'sí, quiero' en Atenas. Al poco tiempo llegaron sus dos hijos - Fabiola (1967) y Alexis (1969) - y los cuatro se establecieron en París.
La Reina Sofía, mucho más que una amiga
Lo más lógico sería pensar que, al igual que ocurre en el resto de familias, los caminos de Tatiana y Sofía se separaron al formar cada una su propia familia. Pero no solo no ocurrió eso, sino que fue todo lo contrario: ambas siguieron estando unidas, manteniendo contacto regular, realizando viajes juntas... De hecho, más que una amiga, la Reina Sofía considera a Tatiana Radziwill su "tercera hermana".
Así hablaba la Reina de su prima con Pilar Urbano en la biografía que la periodista escribió en 1996, rememorando su infancia en el exilio: "Tatiana y yo teníamos cada una nuestra muñeca, pero solo un carricoche para sacarlas de paseo. Nos peleábamos, tirando cada cual por su lado, a ver quién se lo quedaba. Y, claro, por nuestras peleas acabando discutiendo también nuestras madres, como ocurre en todas nuestras familias. Bueno, Tatiana y yo hemos sido siempre muy amigas. Íntimas. Antes de casarnos, después de casarnos... Ella fue dama de honor en mi boda y aunque ahora vive en París, nos vemos muy a menudo y todos los veranos vienen a Marivent".
Tatiana Radziwill siempre se ha caracterizado por su discreción, pero en 2018 hizo una excepción y por primera vez habló de la Reina con la periodista Carmen Enríquez en la biografía que esta realizó de Doña Sofía con motivo de su 80 cumpleaños: "Compartí su vida en Sudáfrica, cuando éramos bebés y, según nos contaron nuestras niñeras, yo acostumbraba a morderla. Pero luego aprendimos a no pelearnos y disfrutábamos de verdad de la compañía y los juegos de una con la otra. Unos pocos años después, tuve suerte de compartir con ella la vida familiar en Grecia durante las vacaciones a través de toda mi juventud, lo que fue una fuente inolvidable de felicidad para mí".
La princesa griega va todavía más allá a la hora de describir su relación: "La Reina es como una hermana, una verdadera amiga con la que tengo tan maravillosos recuerdos compartidos que, a la edad que hemos alcanzado ya las dos, hay cada vez menos personas vivas con las que podamos hablar de nuestro pasado. Un tiempo feliz que nos hizo tan fuertes para la vida como encariñadas con los demás, gracias a los valores auténticos que nos dieron".
Sus vidas han transcurrido de manera paralela prácticamente desde que nacieron y así sigue siendo alcanzada la madurez. En los buenos y en los malos momentos, la Reina Sofía sabe que puede contar con el apoyo de la más incondicional de sus amistades. Al fin y al cabo, tal y como dice la canción: "Ya no queda nadie de los de antes".