Rafa Nadal lo ha vuelto a hacer. Tras una temporada un tanto complicada, el mallorquín enfila su camino hacia los 30 años con una nueva victoria. El tenista se hizo con el Masters 1.000 de Monte-Carlo, un trofeo que se ha llevado por novena vez en su carrera.
No ha sido fácil, pero Rafa Nadal logró derrotar a su fuerte rival, el francés Gael Monfils, en tres sets en los que quedó clara la superioridad del de Manacor, que tras pasar un poco mal en el primer set y caer derrotado en el segundo, barrió al galo en el tercero. Así, el encuentro se saldó con 7-5, 5-7 y 6-0 y duró dos horas y tres cuartos.
Mucho amor en Monte-Carlo
Desde las gradas contemplaban el partido los encargados de presidirlo, el Príncipe Alberto y la Princesa Charlene de Mónaco, que no perdieron detalle de la final del torneo de tenis que se celebra cada año por estas fechas en el pequeño país Mediterráneo del que él es Jefe del Estado y ella Primera Dama.
Después de tantos rumores de crisis, acrecentados por nuevas tensiones entre la Princesa Charlene y la Princesa Carolina, y de la publicación de unas imágenes en las que la consorte real había prescindido de su alianza, los Príncipes de Mónaco estaban en el ojo del huracán. Quizás por eso la sudafricana haya accedido a cumplir con este compromiso, en el que solo tenía que ver un partido de tenis, mostrarse cariñosa con su marido y entregar un par de trofeos. Así, la pareja estuvo más cómplice de lo normal, e incluso a Alberto II dedicó un tierno beso a su mujer.
Más espontáneos y apasionados fueron Rafa Nadal y Xisca Perelló. Una vez que el balear se hizo con el trofeo, fue a buscar a su amada, María Francisca Perelló, que viajó a Monte-Carlo para animar a su pareja en un día tan especial. Así, ambos se dieron un apasionado beso con el que Nadal quiso celebrar su nuevo triunfo.