Dichos escritos a los que ha tenido acceso Daily Mail detallan que el suceso se produjo después de una visita del Príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa al Show de Flores de Sandringham. Mientras que el hijo de la Reina Isabel decidió quedarse en Norfolk, la Duquesa de Cornualles decidió marcharse, tomando el avión en Anmer Hall, la casa del Príncipe Guillermo.
El aparato despegó sin ningún problema hasta que, cuando volaban a 1900 pies de altura, vivieron una situación de "alto riesgo de colisión frontal" con un avión a bordo del que iban varios paracaidistas. Así lo ha relatado el controlador aéreo, que también ha explicado que no se explica cómo pudieron vivir esa situación puesto que se establece todo un protocolo para que ninguna aeronave se acerque al entorno de las aeronaves de los miembros de la Familia Real Británica.
Un planeador se cruzó en su camino al aterrizar
Sin embargo, después de ese primer susto inicial, la Duquesa de Cornualles todavía sufrió un nuevo sobresalto cuando ya visualizaban Wiltshire y estaban iniciando las maniobras de aterrizaje en su casa. El helicóptero estuvo a colisionar con un planeador que estaba sobrevolando la zona. Por suerte el piloto reaccionó rápidamente ante ambas situaciones y pudo sortear ambas aeronaves, permitiendo que todo quedase en un grandísimo susto.