El viaje por Oceanía de los Duques de Sussex está dejando cantidad de anécdotas, algunas mucho más divertidas que otras aunque, por suerte, todo son meras anécdotas para contar con una sonrisa. Por suerte porque la última ha sido que el avión del Príncipe Harry y Meghan Markle ha tenido que abortar el aterrizaje en Sidney.
La última parada de la gira por Oceanía de los Duques ha sido Tonga, donde han pasado unas jornadas muy intensas visitando exposiciones, reunidos con los mandatarios del país y asistiendo a la interpretación de una canción sobre mosquitos por parte de un grupo de niños de un colegio que provocó un ataque de risa a Meghan Markle, que incluso tuvo que limpiarse la lágrima que le brotó de los ojos de lo divertida que le pareció la letra.
Tuvieron que sobrevolar de nuevo Sidney para poder aterrizar
Tras todo ellos los Duques han subido de nuevo a su avión -ese del que bajó la exactriz con la etiqueta colgado de su vestido de Self Portrait, un momento 'tierra trágame' del que ella no tuvo constancia en ningún momento - para regresar a Sidney para proseguir desde allí con su gira.
Todo iba bien hasta que llegó el momento del aterrizaje. Cuando el piloto estaba a punto de tomar tierra retomó el vuelo y sobrevoló la ciudad de Sidney, aterrizando de forma correcta minutos después. Un pequeño susto que rápidamente fue explicado para evitar especulaciones. Lo único que había sucedido es que ellos tuvieron que abortar el aterrizaje y hacerlo minutos después puesto que otro avión había tardado más de lo previsto en despegar.