La espera ha sido larga, y ha terminado este jueves 12 de junio. El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de cárcel impuesta para Iñaki Urdangarin, aunque le ha rebajado cinco meses de condena, por lo que se le imponen cinco años y diez meses de prisión.
La Sala Penal, que ha decidido la sentencia por unanimidad tras haber revisado los recursos el 21 de marzo de 2018, solo resta cinco meses a los 6 años y tres meses que le impuso la Audiencia de Palma el 17 de febrero de 2017, cuando se dictó sentencia tras una larga espera, teniendo en cuenta que el juicio por el Caso Nóos había terminado en junio de 2016.
El Supremo basa su decisión de rebajar la condena en cinco meses en la retirada de un delito de falsedad documental que sí le atribuyó el tribunal que le juzgó en Palma. En concreto, este delito viene por un contrato de Nóos con la Fundación Illesport. En él, el gobierno de Jaume Matas le adjudicó 300.000 euros de fondos públicos. En la sentencia del tribunal se vio delito, pero el Supremo advierte una falsedad ideológica que no considera punible a efectos penales.
Lo que sí ha visto el Supremo son los delitos de prevaricación, malversación, fraude a la Administración, tráfico de influencias y dos delitos fiscales. Malas noticias para Iñaki Urdangarin, que había pedido su absolución, aunque también malas noticias para la Fiscalía, que había pedido que la pena subiera hasta los 10 años.
¿Entrada inminente en prisión?
Ahora que ha hablado el Supremo, le toca decidir a la Audiencia balear cuándo se producirá la entrada en prisión del exjugador de balonmano, lo que puede producirse de forma inminente o no. Si la Audiencia le envía a prisión de forma inmediata será cuando se conocerá por fin qué carcel ha sido elegida para que el marido de la Infanta Cristina cumpla su condena.
De todos modos, la defensa de Urdangarin puede recurrir a sus últimos cartuchos. Podría pedir el indulto o solicitar un recurso de amparo al Tribunal Constitucional. Si optara por el recurso y pidiera a la Audiencia de Palma que deje en cuarentera el recurso hasta que se pronuncie el Constitucional y decida si admite a trámite o no el recurso, Urdangarin ganaría así unos pocos meses de libertad.
Si el Constitucional no admite recurso, Urdangarin entraría en la cárcel y cumpliría su pena, mientras que si opta por admitirlo, podría quedar libre hasta que se tome una decisión final, lo que pueden ser años. Sin embargo, si así lo establece la Audiencia, Urdangarin iría a la cárcel mientras se estudia el recurso de amparo. En su contra tiene que cuando las condenas son mayores de cinco años, el Constitucional no paraliza el encarcelamiento.