Los viajes de Estado son visitas al más alto nivel que se producen cuando un Jefe de Estado invita a su homólogo. Solo puede haber una en un país y otra en el otro cuando los Jefes de Estado no han cambiado, por lo que en el caso de las Monarquías no suelen tener lugar demasiadas salvo cuando se producen relevos en los tronos. Además, tiene que producirse una invitación, que el momento sea oportuno y que se aproveche para tratar cuestiones bilaterales que sean importantes para los dos países implicados.
Así, Harald de Noruega ha tardado, pero casi 30 años después de subir al Trono ha realizado una Visita de Estado a Jordania al aceptar la invitación del Rey Abdalá. El momento no podía ser mejor. Se han cumplido 20 años desde la visita de los Reyes Abdalá y Rania a Noruega (2000), más de 25 (1994) desde que se abriera una embajada del país escandinavo en Ammán (1994), y medio siglo desde el establecimiento de relaciones bilaterales entre los dos estados. Además, Harald V cumple en Jordania con su visita de Estado número 50.
A nivel institucional es efectivamente un buen momento, pero no en el plano personal. A los achaques de salud sufridos por el Rey Harald se une la tragedia por el suicidio de Ari Behn, su exyerno y padre de tres de sus nietas. El matrimonio regio lo ha pasado mal, y atendiendo a eso aparte de a las cuestiones protocolarias e institucionales, los Reyes de Jordania se han volcado con sus invitados.
Después de agasajarles con una ceremonia de bienvenida y una cena de gala, Abdalá y Rania de Jordania, acompañados del Príncipe Ali bin Al Hussein y el Príncipe Ghazi bin Muhammad, llevaron a sus homólogos a visitar el río Jordán, donde Jesucristo fue bautizado y que tiene una gran importancia para los cristianos. De hecho, es costumbre que los niños y niñas de la realeza sean bautizados con agua del Jordán.
La reina del móvil
La Reina Rania no se separó de la Reina Sonia, y a su vez, la consorte de Harald de Noruega no se despegó de su teléfono móvil. A pesar de ser una visita con seguimiento mediático en el que no iban a faltar las fotos que quisiera, Sonia de Noruega deseaba realizar sus propias imágenes.
Fue realmente curioso ver a la Reina de Noruega haciendo fotos sin parar durante el paseo que dio con Harald V y los Reyes de Jordania por el yacimiento arqueológico de Al-Maghtas. Incluso mientras recibía explicaciones de personas con conocimiento del terreno, seguía fotografiando lo que veía.
Mientras el Rey Harald firmaba con motivo de su visita, Sonia de Noruega inmortalizaba el momento con su móvil. Quizás así luego se las envíe a sus hijos, el Príncipe Haakon y la Princesa Marta Luisa, para contarles lo que hacen día a día. Además del yacimiento arqueológico de Al-Maghtas, l os Reyes de Noruega conocieron la Iglesia Evangélica Luterana en Betania, un lugar que al igual que Maghtas, les produjo un gran impacto.