El pequeño, que nació el pasado 31 de agosto, tenía que ser el gran protagonista del día, pero lo cierto es que fue su madre Sofia Hellqvist la que acaparó gran parte de las miradas por su look. Y es que la Princesa optó por lucir el traje típico de la provincia de Dalarna. Un guiño que ha hecho a la zona que le vio nacer pero también porque es el Ducado que el Rey Carlos Gustavo concedió al pequeño tras su nacimiento.
Otra de las anécdotas del bautizo del pequeño de la Familia Real sueca fue cuando la Princesa Estela de Suecia, hija mayor de los Príncipes Victoria y Daniel, echó el agua de Oland en la pila bautismal; un agua que molestó un poco al bebé, que derramó alguna lágrima al ser cogido en brazos por el arzobispo para recibir el sagrado sacramento.
Una princesita muy correcta que ha ejercido a la perfección su función siguiendo los pasos que le indicaba su tía la Princesa Magdalena de Suecia, que ha ejercido de madrina junto a Sara Hellqvist -hermana de la Princesa Sofia-, Carolina Pihl -amiga de la Princesa-, Oscar Kylberg -socio del Príncipe Carlos Felipe-, y Thomas de Toledo Sommerlath -primo del Príncipe-.
Leonor y Nicolás de Suecia, los grandes ausentes
Tras la ceremonia todos han salido del templo y han posado muy felices junto al Príncipe Gabriel, que como el resto de sus primos, ha recibido por parte de su abuelo Carlos Gustavo la condecoración más importante de Suecia, la Orden de los Serafines. Una distinción que no podrá utilizar hasta que cumpla la mayoría de edad.