Les salió más caro
Se trata de una cabaña situada en Älvdalen, en Dalarna, territorio en el que creció Sofia de Suecia y que es muy especial para ella. Tanto es así que durante una visita oficial con Carlos Felipe de Suecia, se echó a llorar al notar el cariño de la ciudadanía. La Princesa Sofia, que no lo tuvo fácil para ser aceptada como miembro de la Familia Real Sueca, se emocionó en aquel viaje en octubre de 2015: "Antes de venir estaba nerviosa porque pensaba que muchos de vosotros no querríais verme, pero al veros a todos aquí siento una ilusión increíble. Dalarna tiene un lugar muy importante en mi corazón y en especial Älvdalen". Consciente de su amor por esta tierra, el Rey Carlos Gustavo otorgó al Príncipe Gabriel, segundo hijo de Carlos Felipe y Sofia de Suecia, el Ducado de Dalarna, lo que fue correspondido por la Princesa Sofia llevando el traje tradicional de este territorio en el bautizo de su vástago.
Allí viven sus padres, Erik y Marie Hellqvist, con los que tiene una relación muy cercana, por lo que los Duques de Värmalnd no se lo pensaron dos veces y al encontrar una cabaña decidieron comprarla. Como señala Expressen, está a dos kilómetros de la casa familiar de la Princesa Sofia y que ha robado el corazón de la pareja. Así lo expresó la directora de comunicación de la Casa Real Sueca, que confirmó la compra: "Es una cabaña que no está lejos del lugar donde viven los padres de la Princesa Sofia y tiene una historia que la pareja principesca cree que es bonita e importante para ser preservada".
Con esta son al menos dos las casas de Carlos Felipe y Sofia de Suecia. La pareja reside de forma permanente en Djurgården, Estocolmo, donde se asienta Villa Solbacken. Esta vivienda fue legada por los Príncipes Bertil y Lilian a su sobrino nieto Carlos Felipe. Y allí se instalaron Carlos Felipe y Sofia de Suecia tras una amplia reforma en la que hubo que sanear la casa entera al encontrarse asbesto, una variedad impura del amianto que fue retirada.