Galería: Funeral de la Infanta Pilar
Baja de defensas y destrozada por la muerte de su madre, Simoneta Gómez Acebo ingresó en la clínica de La Zarzuela de Madrid por una neumonía el pasado 13 de enero de 2020, cinco días después del fallecimiento de la Infanta Pilar. No era un episodio muy grave, pero sí requería supervisión médica, y por eso ha pasado una semana internada.
Así, el lunes 20 de enero salió por su propio pie del centro médico en el que estuvo ingresada. Lo hizo con un semblante triste que refleja no el sufrimiento atravesado por este bache en su salud, sino el dolor que siente por la muerte de su madre, a la que estaba profundamente unida.
La Duquesa de Badajoz murió el 8 de enero de 2020 a los 83 años. Tres días había ingresado en el Hospital Ruber por una bronquitis derivada del EPOC que padecía y que le provocaba esta dolencia de vez en cuando. Su avanzada edad y sobre todo lo débil que se encontraba a consecuencia del cáncer de colon que le había sido diagnosticado un año antes fueron demasiado para la tía del Rey de España.
Apoyo familiar
Simoneta Gómez-Acebo se sentía mal, pero quiso acompañar a su madre en sus últimos días de vida. Después de su muerte hubo dos días de misas, la incineración y el entierro en el cementerio de San Isidro. La aristócrata dejó de lado su malestar para estar al pie del cañón y compartió su dolor sobre todo con sus hermanos, igual de tristes que ella.
El lunes 13 no pudo más y fue ingresada. Recibió el tratamiento que necesitaba, y una semana después ha regresado a su casa recuperada, aunque haciéndose a la idea de que su madre ya no está. Al menos ha tenido y tiene el cariño de sus tres hijos, sus hermanos, sobrinos, tíos, primos y demás familia. También de su excuñada Laura Ponte, que acudió a verla al hospital para reconfortarla en estos momentos tan complicados para la dinastía Borbón.