Se pudo apreciar el vestido largo, de color azul y estilo camisero que se enfundó la Reina para la ocasión. No se conoce su procedencia pese a que no se trataba de un estreno, pero sí se sabe de dónde es la joya con la que adornó su cuello. Se trata de un collar de zafiros que llegó a su joyero cuando se prometió con Don Felipe en 2003.
Doña Letizia recuperó la joya y añadió una pulsera de diamantes y zafiros que se le cayó durante el besamanos y que recuperó tras saludar al Director General del Español en el Mundo, el último invitado. La Reina esperó a terminar con el besamanos y al finalizarlo, se agachó y se colocó la pulsera otra vez en su muñeca.
Así llegó el collar de zafiros a la Reina Letizia
El origen del collar y los pendientes lucidos por la Reina Letizia no es el que se pensaba. En un primer momento se apuntó a un origen de la dinastía Borbón. El Rey Juan Carlos habría querido que una Reina consorte tuviera en su poder este aderezo que perteneció a la Reina María de las Mercedes, primera esposa del Rey Alfonso XII, que lo recibió precisamente del Monarca, tatarabuelo de Felipe VI, con motivo de su boda.
La pieza acabó en manos de otra María de las Mercedes, la Condesa de Barcelona, esposa del nieto de Alfonso XII y madre del Rey Juan Carlos, que lo heredó a la muerte de su madre el 2 de enero de 2000. Sin embargo, este no es el origen de esta pieza que Doña Letizia se colocó en la recepción al Cuerpo Diplomático.
David Rato, de Spanish Royal Jewels, ha recordado que el aderezo pertenecía a la Reina Sofía. Así lo contó ella misma a Pilar Urbano en el libro 'La Reina muy de cerca' cuando le preguntó por el regalo que dio a Doña Letizia al anunciarse el compromiso con Don Felipe: "Un collar de piedrecitas azules, diamantes y zafiros con una perla colgante, un lágrima. No era de las joyas de la Corona. Lo tenía yo, de mi boda". La explicación coincide con el collar que llevó la Reina Letizia en la mañana del 31 de enero de 2024.
Desde noviembre de 2003 pasó a formar parte de la colección de Doña Letizia, que en agradecimiento, se lo colocó por primera vez en la cena de gala previa a su boda celebrada el 21 de mayo de 2004 en el Palacio de El Pardo. Desde entonces había estado guardado hasta que casi 20 años después rescató la pieza.
No parece casualidad que haya elegido un acto de estas características y en un año tan especial. Han pasado 20 años desde que el collar de zafiros llegó a su poder, y 2024 es el año en el que se cumplen dos décadas desde que se lo colocó por primera vez, y por tanto el de su 20 aniversario de boda. Que haya recuperado este collar no parece casual y es sin duda un mensaje hacia su matrimonio con Felipe VI. La Reina Letizia no puede hablar con palabras, pero sí con gestos.