Un poco tímidos
A pesar de que suelen ser abiertos y que están acostumbrados a los actos oficiales y a las apariciones públicas, en esta ocasión el Marqués de Baux y la Condesa de Carladès se mostraron un tanto más tímidos y sobre todo más serios, mientras que sus padres parecían encantados al haber podido retomar esta tradición.
El picnic anual comenzó como una iniciativa del ayuntamiento de Mónaco, lo que gustó tanto al Príncipe Rainiero que años después quiso darle mayor relevancia y celebrarlo en el antiguo estadio Louis II, si bien terminó instalándose en el parque que lleva el nombre de la hermana de Rainiero de Mónaco. A Alberto de Mónaco también le gusta esta ocasión para compartir un picnic con ciudadanos del país en un evento en el que se realizan bailes folclóricos monegascos que pudieron disfrutar los asistentes.
No parecieron disfrutar tanto los mellizos, al menos con las cámaras delante, de este acto informal, aunque sí se portaron muy bien y mostraron los nuevos looks obra de Gabriella de Mónaco, que cogió unas tijeras para cortarse el pelo a sí misma y a su hermano Jacques, una travesura que trajo de cabeza a la Princesa Charlene y por la que comentó, entre divertida y agotada, que estaba deseando que llegara la vuelta al cole.