El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León ha concedido el tercer grado a Urdangarin.
Las buenas noticias siguen para Iñaki Urdangarin. Después de decir adiós a la cárcel de Brieva para instalarse en el Centro de Inserción Social Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares, donde solo tiene que ir a dormir, conseguir un contrato de trabajo en Hogar Don Orione y disfrutar de un fin de semana libre al mes para dormir fuera del CIS, puede celebrar otra gran noticia.
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Castilla y León ha estimado el recurso de Iñaki Urdangarin y le ha concedido su tan esperado tercer grado penitenciario. Con esta semilibertad, el exjugador de balonmano solo tendrá que ir a dormir al CIS de lunes a jueves, por lo que puede disfrutar de todos los fines de semana libres. Esta decisión de la que ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en un comunicado, puede ser recurrida y no es de aplicación inmediata. Además, el juez apoya el programa de reinserción para delincuentes económicos propuesto por el fiscal: "Por el Ministerio Público se postula que el recurrente lleve a cabo el programa tratamental relativo a delincuentes económicos, y mantenga la actividad laboral. Nada hay que oponer en cuanto que ambos favorecen a la resocialización en la faceta reeducativa".
De acuerdo con esta decisión, Iñaki Urdangarin solo tiene que dormir en el CIS de Alcalá de lunes a jueves, teniendo todos los fines de semana libres y no solo uno, como se acordó cuando cambió Brieva por el Melchor Rodríguez García. Puede seguir trabajando en Hogar Don Orione, centro de apoyo a personas con diversidad funcional en el que ha conseguido un contrato de trabajo tras más de un año colaborando como voluntario. Así, continuará con sus rutinas en este lugar de lunes a viernes. Un tercer grado anteriormente rechazado
A Iñaki Urdangarin ya se le había concedido el tercer grado penitenciario en septiembre de 2020, sin embargo, la decisión judicial fue recurrida por la Fiscalía ante la Audiencia de Palma, que dejó sin efecto la concesión ese mismo mes, dejando a Urdangarin en las mismas condiciones en las que estaba en ese momento. Fue posteriormente cuando se acordó el traslado al CIS con unas condiciones más parecidas al tercer grado, pero no tan ventajosas como las que obtiene tras habérsele concedido la semilibertad.