Los Urdangarin de Borbón recuperaban así un espacio perdido. Debido a que viven fuera de España y al escándalo del Caso Nóos, han sido los nietos más discretos del Rey Juan Carlos. Ahora que ya son mayores y que la Infanta Cristina ha sido rehabilitada, se han ido dejando ver poco a poco, aunque sin llamar demasiado la atención.
Fiestas en La Zarzuela y visitas en solitario
Al terminar la visita, volvieron a La Zarzuela para después desplazarse a la Quirón para comprobar cómo se encontraba el Rey Juan Carlos tras su intervención, momento en el que fueron captados por los medios gráficos congregados ante las puertas del centro médico.
Posteriormente hubo otra visita de la Infanta Cristina al Rey Juan Carlos, ya en solitario, que tuvo que interrumpir cuando le comunicaron que se dirigían hacia allí los Reyes Felipe y Letizia y sus hijos. No podía haber encuentros incómodos, así que Cristina de Borbón regresó a La Zarzuela. Fue precisamente en la residencia real donde hubo un almuerzo de primos al que faltaron la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, así como una fiesta nocturna en la que sí estuvieron todos los que se encontraban en Madrid.
Antes de que acabara su semana de vacaciones en la capital de España, Juan Urdangarin visitó a su padre en la cárcel. Prefirió una visita normal en vez de el vis a vis con los demás, quizás para dosificar los encuentros. Además, como es mayor de edad puede ir solo. Por otro lado, Irene Urdangarin se fue de compras con Victoria Federica, una salida de primas y amigas que tuvo una divertida anécdota.