El Príncipe Harry está como loco de contento con el nacimiento de su segunda sobrina, la Princesa Carlota, sin embargo no está disfrutando de la pequeña como le gustaría a causa de sus compromisos oficiales. A ello se une que los Duques de Cambridge y sus hijos ya no viven en Kensington Palace, en la misma residencia que él, sino que se han marchado a su residencia campestre en Anmer Hall, Norfolk.
Cuando nació Carlota Isabel Diana, el pasado 2 de mayo, el Príncipe Harry se encontraba al otro lado del mundo, realizando su gira por Australia y Nueva Zelanda, que le mantuvo lejos de Reino Unido durante dos semanas. A su vuelta se esperaba que el Príncipe Harry se fuera lo más rápido posible a Sandringham para ver por primera vez la carita de su sobrina, pero sus compromisos institucionales volvieron a retenerle hasta que por fin viajó a Norfolk el 22 de mayo.
Ahora, el Príncipe Harry vuelve a hacer un desplante a su sobrina, y nuevamente es involuntario y por culpa de sus actos institucionales. El próximo 5 de julio, Carlota de Cambridge será bautizada en la Iglesia de Santa María Magdalena en Sandringham, la misma en la que su difunta abuela paterna, Lady Di, fue cristianada en agosto de 1961, y lamentablemente el Príncipe Harry no estará presente.
El legado de Lady Di
La ausencia de quien bien podría ser uno de los padrinos de Carlota Isabel Diana se debe a que Enrique de Gales se marchará de viaje oficial durante tres meses por África con el fin de luchar contra la caza furtiva de animales, causa en la que también participan su padre y su hermano, y para volcarse con la conversación de los espacios naturales africanos amenazados.
Ahora que el hijo del Príncipe de Gales ha dejado el Ejército, ha considerado que además de cumplir con sus habituales compromisos institucionales que toma en nombre de la Corona británica, quiere trabajar en favor de causas sociales y humanitarias, al igual que hizo en su día su madre.