El pasado sábado 6 de octubre se celebró en Madrid la boda de dos miembros de la alta sociedad epañola, María Vega-Penichet y Fernando Ramos. Ella, diseñadora de interiores, bisnieta del fundador del Banco Ibérico y nieta del presidente de Renault; él, un prestigioso abogado. Peo a pesar de que este era el gran día de los ya marido y mujer tras dos años de relación, quienes acapararon todos los flashes y gran parte de la atención fueron dos invitados muy especial.
Esos invitados fueron Sassa de Osma y Christian de Hannover, que acudieron hasta Madrid para asistir al enlace de dos grandes amigos, quienes tomaron el relevo de la boda tras haber realizado la suya el pasado mes de marzo en San Pedro de Lima, Perú, ciudad natal de ella. Sin derrochar mucha opulencia, la peruana escogió un vestido largo de cuadros vichy en blanco y azul marino de manga tres cuartos y cinturón; con unas sandalias negras; una pequeña diadema azul marino; y un bolso caja blanco con estampado floral. Por su parte, el Prínicipe de Hannover lució chaqué tradicional con un chaleco el color camel y corbata azul marido.
Gracias a esta discreción trasladándose a un segundo plano en lo que a vestimenta se refiere, la novia pudo lucir espectacular el vestido escogido para su gran día. Firmado por Laura Ponte, el vestido color blanco roto de corte rector pero con tiras simétricas repletas todas ellas de un encaje minucioso con detalles florares blancos a juego con una tiara de plata repleta de pequeñas piedras preciosas blancas.
Muy discretos en un segundo plano
María Vega llegó hasta la iglesia (concretamente la de El Espíritu Santo en plena capital española) junto a su padre quien la acompañó al altar en el un día tan especial en el que se daría el si quiero tras dos años de relación sentimental que dio comienzo el mismo día que se conocieron gracias a unos amigos en común. Un amor a primera vista, declaraban los propios novios.