La Duquesa de York no ha podido reprimirse y se ha mostrado tan natural como suele ser ella.
Si hay alguien que deseaba que llegara la boda de la Princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank más que los propios novios era Sarah Ferguson. La Duquesa de York no solo está encantada de que su hija pequeña se case con el hombre al que ama, y al que ella también adora, sino que ha vuelto a recuperar el importante papel que en su día tuvo como miembro de la Familia Real Británica.
Quizás no tuvo un lugar tan destacado como la madre de Meghan Markle, que en ausencia del padre la acompañó en el coche, pero sí se dejó ver, ocupó un lugar principal en la ceremonia y se sentó al lado del Duque de York. El Príncipe Andrés y Sarah Ferguson tuvieron un divorcio tormentoso, pero pronto limaron asperezas y desde entonces han tenido una relación idílica, tanto por ellos, como por sus hijas, así que no podía hacer menos por ella en un día tan especial.Vestida de verde esperanza, Sarah Ferguson se reencontró con los Mountbatten-Windsor, esa dinastía a la que estará ligada para siempre y donde hay quien no le quiere ni ver, como el Duque de Edimburgo y el Príncipe Carlos, que han tenido que hacer de tripas corazón por el bien de la Princesa Eugenia. En el caso de la Reina Isabel, la animadversión no es tan grande, pero no es que le haga demasiada ilusión volver a ver a su exnuera.
Lo cierto es que Sarah Ferguson la ha liado en la boda al haber roto el protocolo, aunque haya sido un bonito gesto. Minutos antes de que aparecieran la novia y el Duque de York, lo han hecho la Duquesa de York y la Princesa Beatriz, que ejerció como dama de honor y realizó una lectura, concretamente un extracto de 'El Gran Gatsby'. Se acerca al público
Ambas recibieron aplausos, algo a lo que no están tan acostumbradas como otros miembros de la Familia Real Británica. Fue entonces cuando Sarah Ferguson se acercó al lugar en el que se encontraban unos ciudadanos para saludarles con todo el cariño. Después ha vuelto junto a su primogénita para entrar en la Capilla de St George a esperar la llegada de la Princesa Eugenia.
Antes de la finalización del enlace, ha firmado junto a los novios, su exmarido, sus consuegros, George y Nicola Brooksbank, y los testigos. Al terminar la boda ha salido detrás de los novios y de los pajes, muy emocionada al ser testigo del día más feliz en la vida de su hija.