El Príncipe Andrés acudió con su exmujer Sarah Ferguson y su hija Beatriz de York al Gran Premio de Formula 1, lo que provocó rumores sobre su reconciliación.
El Príncipe Andrés y Sarah Ferguson rompieron su matrimonio en 1992, tras lo cual la Duquesa de York se alejó durante un tiempo de la Familia Real Británica. Los rumores de su infidelidad hicieron que Ferguson se ganase detractores en Palacio y fuese prácticamente vetada en los eventos familiares, aunque fuese la madre de la Princesa Beatriz y de la Princesa Eugenia. Sin embargo, las diferencias entre la expareja pronto se disiparon y comenzaron una relación cordial.
Así lo declaró la Duquesa de York en una entrevista a ¡Hola!: "Somos una familia unida y damos buen ejemplo de ello. Nos apoyamos emocionalmente. Al menos cada dos semanas nos sentamos los cuatro juntos para comunicarnos". Esta buena relación se demostró el pasado 31 de marzo al saber que los divorciados junto con su hija en común, Beatriz de York y su actual novio Edoardo Mapelli Mozzi, acudieron juntos al Gran Premio 2019 de Fórmula 1 en Bahrain. La gran ausencia de esta divertida jornada fue la de Eugenia de York, que no pudo unirse al resto de los York.
Después de que se viese una fotografía de la pareja disfrutando de la Fórmula 1, saltaron las alarmas de una posible vuelta del Príncipe Andrés con Sarah Ferguson. Los rumores se debían también al comentario de una fuente cercana a la Familia Real, que afirmaba que "hoy en día, Andrés y Sarah son virtualmente inseparables". Pero la respuesta del representante de su exmujer a los medios ha sido rotunda: "El Duque y la Duquesa de York continúan siendo buenos amigos y nada ha cambiado en su relación", según publicó el diario The Sun. La pareja divorciada más feliz
Es cierto que la pareja está lejos de ser unos divorciados de los que no pueden ni verse, como añadió esta fuente: "Siempre han sido la pareja divorciada más feliz que nadie haya conocido". Pero tanto el Príncipe Andrés como Sarah Ferguson se preocupan de mantener unida la familia por sus dos hijas, una amistad que no va más allá aunque incluso compartan residencia en el Royal Lodge de Windsor.
Ver feliz a su hijo hace que la Reina Isabel II también haya limado asperezas con la Duquesa de York. Incluso fue invitada a la boda del Príncipe Harry y Meghan Markle en mayo de 2018, aunque las heridas sigan abiertas para el Príncipe Carlos, que se negó a aceptar a la exmujer de su hermano en la recepción del enlace.