Solo tenía 8 años cuando Sarah Ferguson sufrió su primer gran golpe, su madre decidió irse a Argentina con su nuevo amor abandonando a su hija y dejándola destrozada. "Ella eligió el amor antes que los niños, pero hubiera sido más fácil si se hubiera muerto. Estaba devastada y pensé que me había dejado porque era fea, gorda y tenía el pelo rojo y rizado", confiesa a la revista Swedish Women's. También añade que hoy en día está muy feliz de no tener madre, porque eso le ha hecho valorar más a su hijos. Pero Fergie ya ha perdonado a su madre por aquel duro golpe para así sentirse feliz y en paz.
Pero en la entrevista no solo habla de ese gran trauma de la infancia, también comenta otro duro golpe que fue la separación con el Príncipe Andrew. Comenta que la prensa fue muy dura con ella, y tuvo que refugiarse en la comida, pero que a los pocos años, dejó esa actitud poco saludable a un lado y se recompuso de todo aquello. A pesar del divorcio, los Duques de York tienen una muy buena relación: "Es el mejor hombre que conozco y cuando me casé con él en 1986 tenía toda la razón. Todavía nos amamos, aunque de otra manera", añade Fergie.
Su buena relación con sus hijas
Sarah Ferguson ha hablado en la entrevista sobre la relación con sus hijas, la Princesa Beatriz y la Princesa Eugenia de York, que tiene en común con el Príncipe Andrés. Y muestra su gran orgullo hacia ellas por el éxito que tienen en sus respectivas profesiones, la Princesa Eugenia trabaja en una galería de arte en Londres, mientras que la Princesa Beatriz es analista financiera en Nueva York. Pero no solo es por el trabajo, Sarah Ferguson añade: "Estoy más orgullosa de que sean tan auténticas. Ser de la Familia Real es difícil. Les doy muchos consejos y ellas escuchan lo que tengo que decir porque me han visto cometer errores".