Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de España tiene 74 años, una edad a la que los hombres españoles sufren numerosos achaques asociadas a la edad. El Monarca no tiene una salud frágil ni especialmente delicada, aunque tampoco es de hierro.
El Rey ha gozado siempre de buena salud, además de mantenerse en forma gracias a la práctica deportiva, lo que comparte con toda la Familia Real, que tradicionalmente ha sido y es deportista. Además, Su Majestad es aficionado sobre todo a la vela y al esquí, lo que le ha provocado diversas dolencias, algunas de ellas manifestadas en la edad alta de su vida.
Los numerosos accidentes del Rey debido al esquí
Pese a que tras el accidente en Suiza no tuvo que pasar por quirófano, sí tuvo que hacerlo en julio de 1985, pues debido a aquella lesión se le tuvo que extirpar una fibrosis formada a raíz de lo ocurrido en Suiza. En 1988 recibió un golpe en Suecia mientras cazaba, por lo que tuvo que llevar gafas de sol, algo que ya ocurrió recientemente cuando un accidente doméstico provocó que Su Majestad tuviera que asistir a numerosos actos oficiales portando este complemento.
En 1989 volvió a caerse esquiando, aunque sus heridas fueron leves, no así en diciembre de 1991, cuando un esquiador se llevó por delante al Rey de forma involuntaria en Baqueira Beret, tras lo cual fue operado por hundimiento de la meseta tibial externa de la rodilla, teniendo que portar muletas, instrumento que ha utilizado en numerosas ocasiones. Asimismo, en 1995 se fisuró el cúbito y el radio tras resbalarse en Candanchú.
Las operaciones del Rey Don Juan Carlos
Así llegaron unos años dulces para el Monarca, que en ese tiempo casó a las Infantas Elena y Cristina, se convirtió en abuelo y celebró sus 25 años de reinado en un tiempo de prosperidad; sin embargo en 2001 tuvo que volver a ponerse en manos de los médicos para operarse de varices, intervención menor de la que pronto se recuperó.
El Rey llegó a los 70 años muy activo y en buena forma física, aunque sus problemas de salud, algunos de ellos derivados de la intensa práctica deportiva. El Rey se somete a chequeos médicos para comprobar su estado de salud, así como a tratamientos antienvejecimiento para mejorar su salud y su calidad de vida, pero eso no ha impedido que en los dos últimos años sus visitas al hospital se hayan multiplicado.
En mayo de 2010 saltaban todas las alarmas cuando el Rey tuvo que ser intervenido en el Hospital Clinic de Barcelona para que se le eliminase un nódulo en el pulmón que tras ser estudiado se descartó que fuera maligno. En septiembre ya se encontraba plenamente restablecido.
El 3 de junio, Don Juan Carlos ingresó en la Clínica San José de Madrid para serle practicada una artroplastia en su rodilla derecha a la que se tuvo que someter debido a las antiguas lesiones producidas en prácticas deportivas y que habían provocado dolores articulares en su rodilla derecha que dificultaban su actividad física habitual. Poco después se desplazaba a la Clínica Planas de Barcelona para realizar su rehabilitación, un lugar al que ha acudido en numerosas ocasiones, pues mantiene una excelente relación con su responsable.
Tres meses después, el Jefe del Estado volvía a ponerse en manos del doctor Villamor para operarse del tendón de aquiles izquierdo por la que se reparó dicho tendón mediante "cirugía abierta de reconstrucción y refuerzo con auto-injerto y plasma rico en factores de crecimiento" y que resultó satisfactoria.
Parecía que el estado físico del Rey se había restablecido más allá de golpes menores, pues el propio Monarca aludió en su discurso de Navidad a que su salud estaba "felizmente recuperada", sin embargo el pasado 14 de abril el Rey tuvo que ser nuevamente intervenido por una rotura de cadera de la que se recupera y por la que ha tenido que suspender sus actos oficiales de forma indefinida, aunque ha podido seguir con sus tareas como Jefe del Estado Español.