Como bien dijo en su momento Carlota Casiraghi, no es una princesa, sino la sobrina de un Jefe de Estado. Como ese Jefe de Estado es un Príncipe Soberano, de vez en cuando ejerce como miembro de la dinastía Grimaldi en determinados actos que son más sociales que institucionales. Donde siempre hay un lugar para ella es el Día Nacional de Mónaco, evento de la mayor relevancia al que no faltan sus hermanos y alguno de sus primos.
Sin embargo, la amazona acude de vez en cuando y su presencia es irregular. Así, no asistió a la celebración del Día Nacional de Mónaco 2020, que aunque modificada y con menos aforo, fue bastante fiel a lo que suele mostrar. No era necesario que estuviera allí, y debido a las restricciones, se quedó en París y ha seguido con su día a día.
Al parque en familia
En ese día a día están su marido, Dimitri Rassam, y sus hijos, Raphaël Elmaleh y Balthazar Rassam. Con respecto a su primogénito, no siempre puede estar con él debido a que también pasa tiempo con su padre, Gad Elmalen, al igual que Darya, la hija que Rassam tiene con Masha Novoselova, que reparte su tiempo entre ambos progenitores. A ese respecto, durante una salida al parque se vio al matrimonio con Raphaël y Balthazar.
Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam aprovecharon su día libre para desplazarse a un parque para que sus vástagos jugasen. Allí, la hija de Carolina de Mónaco aprovechó para hablar con otras madres que también se encontraban en el mismo recinto parisino mientras sus pequeños se divertían.
Tanto la amazona como el productor cinematográfico llevaban mascarilla, mientras que sus hijos debido a su edad no la portaban. Eso sí, Raphaël, nacido en diciembre de 2013, sí tendría que ponérsela para ir al colegio siguiendo las normas dictadas por el Gobierno de Francia en cuanto al uso de mascarilla en los centros educativos.
Aunque se ha definido como una orgullosa monegasca, hace ya mucho tiempo que Carlota Casiraghi estableció su residencia en París. Allí vive con Dimitri Rassam, con el que se casó en junio de 2019 primero en Mónaco y después en La Provenza, y con sus hijos. Su contacto con su país natal es sin embargo muy estrecho, y no duda en realizar visitas frecuentes para acudir a determinados actos, como los Encuentros Filosóficos que no dudó en impulsar, así como para visitar a su familia.