Tras la resaca de un evento distinguido como el Baile de la Rosa. El encargado de dirigir el acontecimiento real más famoso entre los personajes célebres de Europa, el príncipe Alberto de Mónaco ha dado paso al siguiente evento en su apretada agenda. En esta ocasión y junto su hermana la princesa Carolina de Hannover han acudido a recibir una donación para la afamada fundación Princesa Grace. Esta fundación que ha sido respaldada desde sus inicios en honor a la mítica Princesa y también actriz Grace de Mónaco.
Sin embargo y para sorpresa de muchos de los seguidores de la Casa Real de Mónaco, la Princesa Charlene se encontraba con sus mellizos rodeada de nieve pasando unas minivacaciones junto a sus retoños descansado de la ajetreada vida real. De lo más divertidos y a gusto con su madre se mostraban en las fotografías la Princesa Gabriella y el Príncipe Jacques en los brazos de su progenitora. El destino que ha sido la estación de esquí de Gstaad en el suroeste de Suiza, un lugar que frecuenta la familia real y que la princesa ha aprovechado para presentar a los dos mellizos de sangre real.
¿Crisis real?
La ausencia de una de las invitadas más esperadas ha revolucionado y abierto la caja de Pandora de la Casa Real de Mónaco, y es que el inicio de especulaciones sobre esta ausencia injustificada de la Princesa Charlene al Baile de la Rosa por pasar unos días en su actual residencia en Suiza ha ocasionado un revuelo en las redes sociales. Y es que según varios medios de comunicación la Princesa de Mónaco ha establecido su residencia junto a sus dos mellizos en los alpes suizos, sin embargo su real esposo aún continua viviendo en palacio.
Ni se confirma ni se desmiente los rumores de una supuesta crisis en este matrimonio, quiénes antes no se separaban en ningún momento y ahora pasan mucho tiempo separados sin prestar importancia. Un matrimonio que se definía como ejemplar y que al parecer no está pasando por su mejor momento.