La vida cambió para Charlene de Mónaco en mayo de 2021. La Princesa de Mónaco viajó a Sudáfrica, su país de origen, para participar en una campaña contra la caza furtiva de rinocerontes. Aprovechaba además su estancia allí para visitar a los familiares y amigos que tiene en Sudáfrica, a los que no ve con demasiada frecuencia al residir de forma permanente en Mónaco.
Estando allí dio la cara una grave infección otorrinolaringológica que provocó que se quedara en Sudáfrica durante 6 meses al no poder volar. Soportó ingresos hospitalarios, tres operaciones y mucho dolor físico y psicológico no solo por la enfermedad en sí, sino por tener que estar separada de Alberto de Mónaco y sobre todo de sus dos hijos, Jacques y Gabriella de Mónaco, a los que pudo ver en las visitas que realizaron a Sudáfrica.
En noviembre de 2021 regresó a Mónaco, pero no pasó mucho tiempo en el Principado. Charlene de Mónaco no estaba bien, por lo que ingresó en una clínica en Suiza en la que se quedó hasta que el 12 de marzo de 2022 volvió al país mediterráneo. Se habló de una pronta recuperación completa y un regreso a los actos oficiales cuando fuera posible. Por supuesto, nada de crisis matrimonial entre los Príncipes de Mónaco.
Rumores y más rumores
Todo ha cambiado en abril de 2022, cuando se filtró que la Princesa Charlene se habría marchado otra vez. De acuerdo con la revista australiana Who, la Primera Dama cogió un vuelo privado en el aeropuerto de Niza, el más cercano a Mónaco, el 21 de marzo de 2022. Si bien unas fuentes señalan que se había ido a la clínica suiza por una revisión, otras apuntan a una nueva marcha del Principado. Pero hay más. Se dice que el destino sería Córcega, isla francesa que la Princesa Charlene ya conoce y donde se siente a gusto. Corriere della Sera va más allá y asegura que detrás de este viaje estaría el deseo de Charlene de Mónaco de alejarse de los Grimaldi, y que de no haberle permitido irse, habría pedido el divorcio.
Todo esto genera preguntas y todas son incómodas sobre todo para Alberto de Mónaco, que ha dejado claro en incontables ocasiones que su matrimonio no está en peligro y que lo que le pasa a la Primera Dama no tiene nada que ver con su relación. Sin embargo, que se haya marchado, mucho tiempo o poco, porque no ha trascendido si ha vuelto ya o si piensa hacerlo, plantea más interrogantes sobre una pareja que ha estado en entredicho desde el principio. La falta de información genera especulación en algunos casos, rumores que como ha expresado el propio Príncipe de Mónaco no les hacen ningún bien. No favorece a Alberto y a Charlene de Mónaco en particular, ni a la Familia Real monegasca en general.