Felipe VI y la Reina Letizia han vuelto a romper, una vez más, una de las tradiciones más arraigas en el seno de la familia real española. Los reyes no viajarán a Palma de Mallorca tampoco en Semana Santa de 2023.
Todo comenzó en 2020, durante dichas señaladas fechas toda la sociedad española, y global, se encontraba confinada y por lo tanto, los desplazamientos estaban totalmente prohibidos. Al año siguiente, en 2021, aunque ya era posible salir, los viajes se encontraban limitados por motivos sanitarios y ya en 2022, la nueva normalidad llegó para quedarse.
No obstante, los reyes de España no volvieron a hacer ese tradicional viaje real para pasar esos días en Palma de Mallorca, como se venía haciendo desde tres décadas atrás ininterrumpidamente. Así pues, todo apunta a que Felipe VI y Letizia tampoco asistirán este 2023 a una de las citas más célebres de la Semana Santa española, la misa que se celebra en la Catedral de Mallorca que marca el final de la Pascua.
Punto final a la tradición
Más allá del oficio religioso tan importante que supone, también es un evento especial para la familia real y para todo el pueblo de Mallorca, dado que tanto los reyes como sus hijas Leonor y Sofía se muestran cercanos con los ciudadanos allí presentes. También era típica la famosa fotografía familiar a la llegada a la Catedral, reflejando esta todas las crispaciones, acercamientos y tensiones entre los miembros reales que se dejaban ver en aquel célebre día.
Todavía queda por ver si la ausencia de la Familia Real Española un año más supondrá el final de esta tradición para siempre, o si optarán por recuperarla en años venideros. Lo que si está más que claro es que los cismas familiares han hecho mella en las cambiantes estampas que se han podido ver en la Catedral de Mallorca a lo largo de los años, siendo en 2008 la última vez que la Familia Real al completo se dejó ver junta el Domingo de Resurrección. Por aquel entonces, incluso las Infantas Cristina y Elena acudían con sus familias al completo al evento, quedando muy lejanas todavía la separación de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin o los embrollos de Froilán.