Los que durante casi 39 años fueron Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, han vuelto a unir sus agendas oficiales, algo que era poco usual en los últimos años de reinado de Juan Carlos I, y menos aún desde que su hijo Felipe VI asumió la Jefatura del Estado.
El Rey Juan Carlos y la Reina Sofía siempre tuvieron mucho cariño a los ya difuntos Reyes Balduino y Fabiola, que además veraneaban año tras año en la residencia que tenían en Motril (Granada), Villa Astrida, que por cierto guardó un día de luto oficial por el deceso de la Reina Fabiola.
Emocionados con la Salve Rociera
Los padres del Rey de España se vistieron de luto riguroso y acudieron a la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, donde se ofició la ceremonia con la Reina Fabiola de cuerpo presente. Don Juan Carlos es poco amigo de acudir a actos de la realeza, aunque no suele fallar en los funerales, y menos en el de no solo una homóloga, sino también una amiga.
Los Reyes Juan Carlos y Sofía se sentaron en un segunda plano, al lado de la Princesa Beatriz de Países Bajos, exsoberana con la que ambos tienen muy buena amistad, por lo que aprovecharon para charlar en los momentos previos a la ceremonia.
Como Fabiola de Bélgica era española, nacida en Madrid y amante de Andalucía, eran muchos los sobrinos que fueron al funeral desde nuestro país, y así despedirse en persona de su querida y añorada tía. Una de ellas salió a leer, y después volvió al estrado junto a un coro de españoles residentes en Bélgica que entonaron la Salve Rociera, sin duda el momento más conmovedor de la misa. Los Reyes Juan Carlos y Sofía no pudieron evitar emocionarse, e incluso el ex Jefe del Estado cantó la Salve Rociera, mientras que Doña Sofía sonrió, quizás recordando a su amiga Fabiola.