Si hay un acto que gusta a los Reyes Felipe y Letizia es la entrega de los Premios Princesa de Asturias. No solo les encanta por regresar a su querida Asturias, que para Doña Letizia es una vuelta a casa, sino también por el cariño que sienten en tan bella y amable tierra y por los demás actos asociados a la gala.
Tras asistir al funeral por las 13 víctimas de las inundaciones de Mallorca, los Reyes regresaron a Madrid para pasar la noche del miércoles 17 al jueves 18. Tras despedirse de sus hijas y terminar con los preparativos, pusieron rumbo a Asturias para dar comienzo a los actos por la entrega de los galardones que otorgan en nombre de la Princesa Leonor.
Para empezar, el Monarca recibió en audiencia al Patronato de la Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria en el Principado de Asturias en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. Junto a él estuvieron el presidente del Principado, Javier Fernández, y el presidente de la Fundación Princesa de Asturias, Luis Fernández-Vega. El objetivo de la fundación es apoyar e impulsar la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico y biosanitario.
Mientras tanto, la Reina se desplazó a la antigua Fábrica de Armas de la Vega, muy cerca de la casa en la que vivió de niña con su familia, para asistir a un homenaje que se dispensó a Martin Scorsese, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018. Doña Letizia, cinéfila empedernida, acompañó al director de cine, que acudió junto a su esposa, la productora Helen Morris.
El coloquio con otros jóvenes cineastas estuvo presentado por el director y guionista Rodrigo Cortés, amigo personal de la Reina Letizia, que destacó que la consorte es una amante del séptimo arte. Lo cierto es que la Reina estaba encantada de poder compartir esos momentos con un genio como Scorsese. Finalizó el coloquio, recorrió la exposición colocada con objetos de 'Toro salvaje', 'Taxi Driver' y 'Malas calles', tres de las películas más icónicas del cineasta.
El día no podía terminar sin el tradicional Concierto Premios Princesa de Asturias, que en este 2018 llega a su XXVII edición. Los Reyes llegaron al Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, donde se dieron un baño de masas con las personas que se dieron cita allí para ver de cerca a Don Felipe y Doña Letizia. Durante los saludos, unas niñas comentaron a la Reina que eran del colegio La Gesta, el mismo en el que ella estudió en la capital asturiana. Cuando se les unió Don Felipe, las niñas, que practican ballet, quisieron hacer una pequeña demostración que ambos apludieron.
Vestido de Armani y joyas de pasar
El recital contó con el Coro de la Fundación Princesa de Asturias y la Orquesta Sinfónica del Principado, que interpretaron 'Stabat Mater' de Rossini. Las maravillosas voces de la soprano Beatriz Díaz, la mezzosoprano María José Montiel, el tenor Xabier Anduaga y del barítono José Antonio López completaron la magia de una noche especial.
Para finalizar el día, los Reyes se desplazaron a la Lonja de la Plaza Trascorrales, en el casco antiguo de Oviedo, donde el presidente de la Fundación Princesa de Asturias ofreció una cena en honor a Don Felipe y Doña Letizia. La Reina llevó para los eventos de la tarde-noche un vestido negro con cuello redondo y manga francesa de Armani, mostrando una vez más que el monopolio de Felipe Varela en su armario ya es cosa del pasado. Para las joyas escogió pendientes y brazaletes procedentes del joyero real, ese que llenó con tanto esmero la Reina Victoria Eugenia y del que ahora disfruta Doña Letizia como Reina de España.