El gran momento de la ceremonia, con permiso de las cinco premiadas, María Hervás, Elisenda Bou, Claudia Tecglen, Eleonora Viezzer y Trang Nguyen, fue cuando se produjo el discurso de la Princesa de Asturias. Doña Leonor, radiante con un vestido azul celeste de Miphai, salió al estrado para ofrecer unas palabras en castellano y catalán más una pequeña intervención en inglés para referirse a la conservacionista Trang Nguyen, distinguida con el Premio Internacional.
Al hacerlo recibió las felicitaciones de sus padres y su hermana, mostrando así lo cariñosa que es la Familia Real. El Rey Felipe dio un beso a su hija, lo mismo que la Reina Letizia, que también frotó brevemente su mano con el brazo de la Princesa Leonor, un gesto que realiza Doña Letizia cuando más allá del protocolo se siente verdaderamente cómoda con la persona que tiene delante.
Sin ir más lejos, así lo hizo con Gauthier Destenay en la agenda paralela mantenida con los y las acompañantes en la Cumbre de la OTAN en Madrid. La Reina fue cordial, amable y simpática con todas y todos, pero pareció sentir una conexión especial con el arquitecto, esposo de Xavier Vettel, Primer Ministro de Luxemburgo. Y por supuesto no faltó el beso de la Infanta Sofía, que cuando terminaron los Reyes se acercó a su hermana para felicitarle de forma muy cariñosa.
El gesto cariñoso de la Reina Letizia con sus hijas
Esto recordó a unas horas antes, cuando la Princesa Leonor y la Infanta Sofía participaron en un taller de codificación impartido por Hadi Partovi, Consejero Delegado de Code.org. Antes de que acabara, se les unieron entonces los Reyes Felipe y Letizia, que se encontraban también en el Palace Albéniz.
Al acercarse a ellas, Doña Letizia tuvo el gesto de poner su mano sobre los hombros de sus dos hijas, y en un momento dado puso sus dos manos sobre los dos hombros de la Princesa Leonor, un movimiento espontáneo y cariñoso que no molestó en absoluto a ninguna de las dos hermanas.