Ha pasado un año desde que el Rey Juan Carlos presidió por última vez la celebración del Día de las Fuerzas Armadas. Lo hizo acompañado de la Reina Sofía y de los entonces Príncipes de Asturias, que solían acudir con los ahora reyes eméritos en un día tan importante para el Ejército y para la Corona. Se trataba además de un momento especial, debido a que era la primera vez que aparecían en público los cuatro miembros de la Familia Real desde que Juan Carlos I anunció que abdicaba en su hijo.
Para la celebración, el Jefe del Estado ha vestido el uniforme de gala de capitán general del Ejército de Tierra. En el caso de la consorte, se ha puesto un traje blanco, un color que adora y que elige para las grandes ocasiones. El conjunto consistió en una chaqueta y falsa plisada con sandalias de tacón. Para su cabello, se recogió el pelo con un postizo de los que tanto tira desde que apostó por el bob.
Un buen sabor de boca para los Reyes Felipe y Letizia
Los Reyes presidieron el homenaje a los caídos por España en la Plaza de la Lealtad de Madrid. A su llegada se colocaron en la tribuna de honor, donde escucharon el Himno de España; además, el Monarca pasó revista a las tropas. Posteriormente dejaron una Corona de Laurel como ofrenda ante el monolito ubicado en el centro de este enclave de la capital del Estado y se interpretó 'La muerte no es el final'.
Junto al desfile en el que participaron unos 600 militares, los colores de la bandera nacional tiñeron el cielo de Madrid de rojo y amarillo gracias a los siete aviones C-101 de la patrulla Águila que cerraron un acto que duró 25 minutos y que ha costado 140.000 euros.
Finalizada esta parte, Sus Majestades se desplazaron al Palacio Real de Madrid para ofrecer una recepción a los invitados, no sin antes saludar desde lejos a los ciudadanos que se concentraron en la zona para ver el desfile. Fue en ese momento cuando se escucharon vivas al Rey y a la Reina, muy distintos a los abucheos que se dedicaba a la Familia Real hasta hace bien poco.