En enero de 2019, el Sultán Mohammed V de Kelantan había renunciado a su trono tras casarse con la ex Miss Moscú, Rihana Oksana Voevodina. Solo siete meses después, en julio de 2019 el Monarca pedía el divorcio de forma unilateral y bajo las ordenes islámicas, que lo convierte en algo totalmente irrevocable y firme. Tras estos sucesos, Mohammed V ha hecho llegar a los medios de comunicación a través de un abogado sus dudas sobre la paternidad de su bebé de dos meses.
Según lo informado por el medio británico Straits Times, Koh Tien Hua, el abogado que representa al Sultán, dijo: "La Sra. Rihana fue informada sobre el divorcio irrevocable a través de sus abogados, Alexander Dobrovinsky & Partners of Russia, y se le entregó una copia del certificado de divorcio. Todavía no hay evidencia objetiva sobre el padre biológico del niño". A pesar de estas afirmaciones, Oksana Voevodina niega que se le haya avisado de que este divorcio se produjese. Según informes publicados por un al portal de noticias malayo Malaysiakini, la exmodelo indicó que no había recibido " ninguna advertencia de divorcio ".
"Estuve en Rusia con mi hijo. No estuvimos en Singapur en junio por ningún procedimiento de divorcio", dijo Voevodina. "Esto es un acto de provocación. Nunca nos hemos divorciado ". Además de esas palabras, la exmujer del Sultán agregó que a pesar de enfrentarse "a la malicia, calumnia y envidia" en su vida, las personas que llenan sus redes sociales con mensajes de apoyo le han demostrado que "aún queda mucha bondad en el mundo".
Voevodina sigue con su vida
Sin querer enfrentarse a la realidad, la exesposa del Sultán usó su cuenta de Instagram el lunes 22 de julio de 2019 para compartir dos nuevas fotos de su hijo y decir que está " orgullosa de la sangre de Malasia que corre en sus venas ", queriendo así callar las especulaciones sobre la paternidad de su bebé. Veovodina agregó que estaba escribiendo el mensaje desde un apartamento cerca de Moscú donde se hospedaba: "Estoy escribiendo este post y no puedo contener las lágrimas... ¡y creo que no es necesario porque son lágrimas de felicidad y gratitud!".