Hace exactamente un mes, el pleno de la Sala Civil del Tribunal Supremo admitió la demanda de paternidad presentada por Ingrid Jeanne Sartiau hacia el Rey Juan Carlos. Los 12 jueces de la sala valoraron favorablemente las posibilidades de la ciudadana belga, que había presentado muestras de ADN como prueba.
La Fiscalía del Supremo se mostró en contra a que se admitieran a trámite cualquiera de las demandas al señalar que no se encuentra el principio de prueba que pediría el artículo 767.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Sin embargo, la sala solo hizo caso a la Fiscalía en la mitad de las demandas, ya que rechazó la demanda de Albert Solá, que también dice ser hijo de Don Juan Carlos.
Ahora es el Rey Juan Carlos quien ha querido rechazar la decisión de admitir a trámite esta demanda de filiación de Sartiau. La defensa del anterior jefe de Estado ha presentado un recurso para desmontar la reclamación de la demandante, alegando contradicciones y la inexistencia del principio de prueba exigido por ley.
Por ello, los abogados de don Juan Carlos han recurrido para que la Sala Civil del Supremo rectifique su decisión de admitir la demanda de paternidad de Ingrid Sartiau, quien asegura que su madre mantuvo una relación sentimental con el rey durante el año 1966. La defensa del padre del actual monarca ha presentado el recurso en el último día de plazo legal, junto a la documentación donde se cuestiona el relato de la belga por su falta de concreción, como por ejemplo el lugar de la Costa del Sol donde se vieron, el nombre del hotel o cualquier otro dato preciso que aporte un principio de prueba.
Versiones contradictorias por parte de los Sartiau
Tanto Ingrid Sartiau como su abogado han realizado declaraciones públicas que contradicen el acta notarial aportado en la demanda que recoge las manifestaciones que la madre de la demandante hizo ante un notario de Gantes en el mes de noviembre de 2012.
Liliane Sartiau aseguró que "en el mes de diciembre de 1965 me encontraba de vacaciones en la Costa del Sol cuando en una discoteca de renombre conocí a un hombre de 31 años de edad, muy gentil, guapo y dulce y apuesto, con los ojos azules, con el cual mantuve relaciones íntimas durante tres noches en un hotel de lujo. El último día, el conserje del hotel, con el que hablé varias veces, me dijo que se trataba del Príncipe Juan Carlos de España. Ante mi sorpresa y emoción, tuve el impulso de coger mi coche y regresar directamente a Bélgica".
Sin embargo, la demandante contó otra versión durante su entrevista en 'Un Tiempo Nuevo' el pasado 17 de enero. "Mi madre conoció a Don Juan Carlos en Francia y pasados unos años volvieron a verse en la Costa del Sol". De ser esto cierto, Liliane Sartiau habría omitido ante el notario el relevante dato de su primer encuentro en Francia. Además de que en diciembre de 1965, Don Juan Carlos no tenía 31 años, sino que estaba a punto de cumplir 28.