El pasado 22 de marzo, el Rey Juan Carlos reapareció en público con motivo de la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro 2019 de Madrid. Aunque todas las miradas podrían haberse posado en sus nietos, Froilán y Victoria Federica, fue el padre del Rey el que acaparó todos los flashes debido a su rostro.
El Rey Emérito sorprendía al aparecer con un hematoma en el ojo que era perfectamente visible. Además, a un lado del párpado se podía ver una tirita, con lo que era difícil esconder que algo había pasado. Ante los rumores y habladurías, el propio Juan Carlos de Borbón explicó que había tenido que someterse a una pequeña operación, y hasta ahí se pudo saber.
Ahora, tres semanas más tarde, Pilar Eyre ha revelado en Lecturas el motivo de la intervención del Rey Juan Carlos. La periodista señala que el Rey Emérito ha sido operado de un carcinoma basocelular en la mejilla, un tipo de cáncer de piel que requiere cirugía. Afortunadamente, la lesión no reviste especial gravedad y se soluciona con una operación.
Hay varios factores para la aparición del carcinoma basocelular como la edad y la exposición al sol. A los 81 años del Rey Juan Carlos se une su afición por los deportes al aire libre, como la vela, lo que supone una elevada exposición al sol. Además, se le ha visto en apariciones públicas luciendo bronceado, por lo que está claro que le gusta tumbarse y recibir los rayos del astro rey.
Mala salud de hierro
A pesar de haber tenido que pasar por quirófano una vez más, al menos esta vez ha podido recuperarse rápidamente para poder seguir centrado en sus verdaderos problemas de salud: los referentes a su cada vez más mermada movilidad. Los accidentes que ha sufrido a lo largo de su vida, sumado a una genética borbónica poco generosa con respecto a la salud ósea, han provocado que no tenga la autonomía que a él le gustaría. Al menos, puede llevar una vida bastante normal.