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A finales del mes de julio la Casa Real emitía un comunicado en el que anunciaba que el Rey Juan Carlos no acudiría finalmente a la Copa del Rey de Vela. Una noticia que no resultó sorprendente y que trataron de disfrazar bajo la idea de una lesión de muñeca que padecía el Rey emérito y que, por lo tanto, le impedía participar en las regatas.
Sin embargo, este "inesperado" contratiempo no le ha impedido al padre de Felipe VI disfrutar de un verano rodeado de amigos y por qué no decirlo, buena comida. El último destino elegido ha sido Sanxenxo, lugar al que, en los últimos años, ha acudido Don Juan Carlos y al que en esta ocasión ha asistido para participar en las regatas previstas para este fin de semana.
El Rey Juan Carlos navegando en el Bribón en BaionaAllí el padre de Felipe VI se ha reunido con algunos de sus conocidos más cercanos y entre los que se encuentra Pedro Campos Calvo-Sotelo, tal y como ha informado Vanitatis. Precisamente fue éste quien organizó una cena en honor del recién llegado que habría consistido en arroz con bogavante, percebes, almejas, tortilla de patatas y camarones, además del indispensable Albariño, según ha revelado el programa 'Hechos reales'.
Un verano distinto
Lo cierto es que el verano de 2018 está siendo bastante peculiar para toda la Familia Real, empezando por la ausencia del Rey emérito en Mallorca. Esta decisión esté probablemente motivada por las conversaciones telefónicas de Corinna zu Sayn Wittgenstein en las que Don Juan Carlos no quedaba en muy buen lugar y que le han borrado del mapa durante meses. A esto hay que sumarle también la entrada de Iñaki Urdangarin en prisión que sin duda ha trastocado los planes de una Infanta Cristina que tampoco se dejará ver junto al resto de la familia.
