El 2 de junio de 2014 ha tenido lugar un hecho histórico y con pocos precedentes. Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de España ha abdicado. A las 10:30 horas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, daba la noticia del cambio en la Jefatura del Estado: "Su Majestad el Rey Don Juan Carlos acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio".
"Me acerco a todos vosotros esta mañana a través de este mensaje para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión y las razones que me mueven a tomarla. En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas, asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa", ha comenzado el Monarca en un vídeo solemne en el que se podía ver una foto en la que aparecía con su padre, y otra con el Príncipe Felipe y la Infanta Leonor, uniendo así pasado, presente y futuro.
Elogios al Príncipe, recuerdo a la Princesa y agradecimiento a la Reina
En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco". Así, Don Juan Carlos ha proseguido sus palabras hablando de la generación que espera y que ya toma el rumbo: "Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
"Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles. Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo".
"Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica. Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad. El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia", señala el Rey, que no se ha querido olvidar de la futura reina consorte.
"Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales. Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno. Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones. Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca. Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón".
De esta forma, el Rey ha terminado su discurso. Una vez comunicada la decisión del Rey, Don Juan Carlos había firmado el texto en el que informa de la abdicación. Tras la declaración de Rajoy, y la del Rey, se necesita tramitar una ley orgánica por vía urgente que posibilite la legitimación de esa renuncia, y por tanto la coronación del nuevo rey, que llevará el nombre de Felipe VI y tendrá a Doña Letizia como reina consorte, momento en el que comenzará una nueva etapa en la historia de España.