"Se estudió la posibilidad de una regularización completa, incluso de los años anteriores a la abdicación, pero no fue posible. Se llegó a la conclusión muy pronto de que la salida del Rey Juan Carlos era inevitable para que visibilizase que el Jefe del Estado era Felipe VI y que la presencia del Rey Juan Carlos no podía estar robando permanentemente energía política, mediática y social". En ese sentido, Zarzalejos señala que la salida de España de Juan Carlos de Borbón fue decisión de Felipe VI, avalada a su vez por el Presidente del Gobierno: "El asunto se maneja en La Moncloa con una enorme discreción de la Vicepresidenta Carmen Calvo. Esto lo saben Sánchez, Calvo, Iván Redondo (jefe del Gabinete de Pedro Sánchez), y solo ya cuando es inminente la salida del Rey Juan Carlos se comunica al Ministro del Interior y a la de Asuntos Exteriores. Esto genera un problema entre Sánchez y Pablo Iglesias, que confesó que tuvieron un choque". En concreto, el Vicepresidente segundo habló de una discusión fuerte.
"Si el Rey Emérito estuviera en España tendría una absorción mediática, una capacidad de reiterar el debate político que dañaría mucho más a la jefatura del Estado y que perturbaría el debate político general de España. Ese apartamiento es una medida quizás no comprendida en el momento, pero con cierta perspectiva histórica tenga alguna forma mejor de entenderse. Si es error o no es error, tenemos que esperar a ver qué dice el Ministerio Fiscal sobre las diligencias que está tramitando y a partir de ahí ver cuál es la reacción de la Casa del Rey y de la propia Presidencia del Gobierno y ver qué decisiones toman. Lo que no sería deseable es que en el siglo XXI el Rey de España que lo ha sido durante 38 años y que con independencia de sus conductas personales tiene una obra política de gran envergadura, muriese fuera de España. Eso sí me resultaría conceptualmente erróneo", comentó Zarzalejos, que sin embargo confirma que la Casa Real no tiene un plan de regreso del Rey Juan Carlos.
El autovictimismo del Rey Juan Carlos
El periodista aclaró también que el estado del Rey Juan Carlos no es bueno ni física, ni psicológicamente, si bien ha negado que tenga demencia senil: "Yo no hablo de demencia senil, ni de ninguna patología, hablo de que el Rey Juan Carlos tiene lapsus, según algunos testimonios, tiene un leve deterioro cognitivo. Tiene que ver con la edad y con la salud. Pero tiene también que ver con lo que se llama psicología del culpable, que es la negación de la inadecuación de sus conductas, y esa es una negativa del Rey Juan Carlos reiterada en las conversaciones con personas que han mantenido y que mantienen contacto con él. Cree que ha actuado bien en todo momento, no tiene una percepción de culpa. No tiene una sensación de contrición y por tanto se victimiza, se autovictimiza creyendo que está siendo víctima de un tratamiento injusto. Eso hace sospechar que le hacen falta referencias de la realidad".
"¿Que eso implique un deterioro cognitivo severo? Severo me dicen que no. Leve sí, y lapsus. Los lapsus del Rey dieron un síntoma el 6 de enero de 2014 en la Pascua Militar. Cómo leyó o mejor dicho cómo no leyó su discurso resultó patético. Presentaba lapsus. Tiene una salud quebrantada no ya por sus problemas de movilidad, sino porque ha registrado hasta 18 intervenciones quirúrgicas. Es un rey con una mala salud. Que haya una repercusión psicológica y una mala evaluación de conciencia de lo que ha hecho resulta natural", asegura el autor de 'Felipe VI. un rey en la adversidad'.