El vigésimo aniversario de la muerte de Juan de Borbón va a ser algo movido para la Familia Real. El 1 de abril de 1993 fallecía el padre del Rey Juan Carlos I, dejando, se suponía, una herencia más bien modesta, ya que se creía que don Juan no contaba con un patrimonio muy rico.
Sin embargo, La Otra Crónica ha descubierto que, en realidad, don Juan no tenía ningún problema económico, y que de hecho ese patrimonio ascendía a 1.100 millones de pesetas en el momento de su muerte. De ellos, 728,75 millones de pesetas se encontraban ingresados en tres cuentas en Suiza, una cifra que sería algo menos de 8 millones de euros actualmente. Dos de las cuentas se encontraban en Lausanne y la tercera estaba en Ginebra.
De una de esas cuentas, denominada "de usufructo", don Juan Carlos recibió en herencia 375 millones, mientras que la parte de la Infanta Margarita ascendía a 172 millones, y la de la Infanta Pilar a 131 millones. En su momento se les recomendó que no repatriaran el dinero, para evitar que se cambiara esa percepción de que Juan de Borbón no contaba con una gran fortuna.
350 millones en patrimonio inmobiliario
El patrimonio se completaba con una parte inmobiliaria por valor de 350 millones de pesetas. Estaba compuesto por el chalet de Puerta del Hierro y un edificio de Gran Vía, ambos en Madrid, además de un apartamento en la localidad portuguesa de Estoril.