La polémica cacería del Rey al detalle. El diario El Mundo publica en su portada el parte de caza de Juan Carlos I durante su viaje a Botswana antes de que se rompiera la cadera y tuviera que regresar a España desatando la mayor crisis de la Monarquía hasta la fecha.
Un informe obligatorio para la caza de este tipo de animales ofrece todo tipo de detalles de la aventura cinegética de "Juan Carlos Borbón" como se firma en el propio parte. La matanza tuvo lugar el 11 de abril, dos días antes del accidente de la cadera, y el Rey abatió "un buen animal" según dicen desde la reserva. El paquidermo rondaba los 50 años de edad y pesaba cinco toneladas siendo sus colmillos el preciado trofeo de caza: el izquierdo pesaba 37,6 kilos y medía 1,17 metros y el derecho 37,6 kilos y 1,12 metros.
El monarca utilizó un Rifle Express Rigby calibre .470 y número de serie 19998. Su permiso de caza tenía el número 42734A. El lugar exacto de la cacería se encuentra en Qorokwe y lo define al milímetro las coordenadas del GPS: S19º 34125 / E23º 23226. A 30º de temperatura, don Juan Carlos se sitúo a unos 30 metros del animal dispuesto a propiciarle los disparos que acabaran con su vida.
Un cazador profesional puede abatir un elefante de este tipo con un único disparo en las dos zonas vitales del animal: entre el ojo y la oreja o en la tercera raya que se le forma entre la cabeza y la trompa. El rey de España, sin embargo, necesitó hasta siete disparos para acabar con el animal en tandas dobles: disparo, disparo, recarga del rifle, disparo, disparo, recarga del rifle, disparo, disparo, recarga y un último disparo que terminó por abatir al elefante.
El mayor peligro de este tipo de cacerías es que tras el primer disparo el elefante corra en dirección de los cazadores y los embista. Por eso, el Rey Juan Carlos estaba acompañado por Terry Palmer, un cazador profesional que es capaz de acabar con el animal de un disparo en caso de producirse un ataque.
Fuentes de la reserva indican que la pieza del Rey es " el mayor elefante que se ha cazado desde el comienzo de la temporada cinegética ". Tras la cacería, el Rey y sus acompañantes regresaron a su alojamiento a descansar. Los restos mortales del elefante son trasladados a una aldea cercana, donde sus habitantes se lo comen. Los colmillos, en cambio, son para el Gobierno de Botswana que se los entrega al cazador a cambio del pago de una tasa. Tras la polémica, don Juan Carlos no ha reclamado todavía los colmillos de su pieza de caza, según la reserva.
Con Corinna zu Sayn-Wittgenstein y Mohamed Eyad Kayali
El domingo 8 de abril el Rey asistía junto a la Familia Real a la tradicional misa de Pascua. Horas más tarde, el monarca embarcaba en un vuelo charter con destino a Botswana junto al empresario saudí Mohamed Eyad Kayali, que supuestamente costeó la cacería, y la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, amiga íntima del Rey y algo más que eso para muchos medios y periodistas especializados.
Los tres aterrizaron en Maun donde tomaron un helicóptero que les trasladó hasta Qorokwe, a unos quince minutos. Allí se hospedaron en un pequeño complejo que cuenta con cuatro lujosas cabañas, baño privado y agua caliente, y en cuyos porches se puede comer y descansar rodeado de animales, ya que no están cercadas.
Los partes de caza atestiguan que la comitiva tenía permiso para cazar tres elefantes. El segundo es abatido por Eyad Kayali el jueves, 12 de abril, también de siete disparos. El tercero sería de este modo para la Princesa Corinna que, sin embargo, pone rumbo de vuelta a España junto al Rey tras la caída el viernes 13 de abril. Los dos salen de la reserva en helicóptero y toman un vuelo chárter a las 13 horas rumbo a Madrid, donde el Rey es operado.
Sí se queda en la reserva Eyad Kayali que, el sábado, mientras España despertaba con la polémica, da caza al tercer elefante, con cinco disparos. Menos de una semana después el Rey era dado de alta y pedía públicamente perdón, aunque la Casa Real sigue sin ofrecer ningún detalle sobre su vida privada aunque, como ha sucedio en este caso, enfade considerablemente a los ciudadanos.