Hace poco más de un mes, el nombre de Corinna zu Sayn-Wittgenstein era totalmente desconocido para la mayor parte de los españoles; sin embargo, la operación de cadera del Rey que descubrió su viaje a Botsuana puso en el ojo del huracán a esta alemana.
Ahora es la revista Vanity Fair la que en su número de junio destapa más detalles sobre esta princesa por matrimonio revelando datos tan esclarecedores como las que ofrece el empresario estadounidense Philip Adkins, primer exmarido de Corinna, quien ha señalado que él y el hijo menor de la 'princesa', hijo de su segundo matrimonio con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein, también participaron en el viaje a Botsuana.
Y es que según Adkins, "Aquel era un viaje de familia y amigos. Mohamed Eyad Kayali, un hombre muy generoso, nos invitó a todos, incluido el Rey. Era, sobre todo, el viaje de dos personas mayores que querían estar en la selva juntos, probablemente por última vez en su vida, hablando frente al fuego, compartiendo experiencias entre los hipopótamos y los leones. Yo estaba allí porque conozco muy bien África y porque Corinna había querido llevar a su hijo pequeño de diez años y que yo le introdujera en la experiencia africana".
Después ocurrió el accidente y todo saltó por los aires, incluido el anonimato de Corinna, de quien su exmarido dice que está muy asustada, "¿Quién no lo estaría si de repente apareciesen periodistas de todo el mundo atacándote y acusándote de ser la amante del Rey ?", se pregunta el empresario.
Los clientes de Corinna
Según este cazador, Corinna zu Sayn Wittgenstein empezó cobrando por la organización del evento y terminó haciendo negocio como intermediaria entre "algunos de los hombres más poderosos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa. Invitados que desarrollaban allí futuras transacciones y cuyos tratos acabó por cerrar ella en los países de origen a cambio de suculentas comisiones".
Vanity Fair recoge además los testimonios de familiares de su segundo marido y de amigos de este, que critican a Corinna por haberse casado con él "para obtener un título y un pequeño principito". Una imagen que sus abogados en Londres desmienten en la revista. " Cualquier sugerencia o comentario de que ella se casó con Casimir zu Sayn-Wittgenstein por su posición no tiene sentido. Nuestra cliente ya conocía a todo el mundo en todas partes", apuntan desde la firma de abogados Schillings.
Protocolo de Casa del Rey, desconcertado con Corinna
Vanity Fair también analiza la presencia de la alemana en algunos de los viajes oficiales de Su Majestad, y aporta detalles sobre ellos; como el que el Rey hizo en febrero de 2006 a Alemania y donde Corinna, según recoge la revista citando a uno de los participantes en el mismo, " le organizó la agenda y concertó las citas con las personas que debía conocer. Ella controlaba cada uno de los detalles. A tal punto que hasta el responsable de protocolo de la Casa del Rey estaba desconcertado".
O el que realizó en 2006 a Arabia Saudí con los Reyes como "consejera estratégica" de la delegación, y que repitió un año después para llevarle "a título particular, un mensaje altamente confidencial al príncipe Al-Waleed de parte del Rey", dice la revista citando fuentes diplomáticas.
Sobre este punto también habla en el reportaje la diseñadora neoyorquina Bonnie Young, quien reconoce que su amiga Corinna "lleva viajando con el Rey desde hace ya bastantes años. Es una especie de asesora". Por último, la revista apunta que Don Juan Carlos habría decidido terminar cualquier tipo relación con la germana para frenar la polémica desatada desde la cacería.