Los llamados colaterales de la Familia Real pueden ser discretos o todo lo contrario. Algunos, como los Gómez-Acebo, son entre discretos y mediáticos, pero siempre intentando no llamar especialmente la atención con temas negativos a pesar de que no se salvan de la polémica. En el caso de los Zurita, Alfonso es invisible, mientras que su hermana María es muy mediática, aunque desde un punto de vista positivo.
Eso con respecto a los primos de Felipe VI. Sus sobrinos, que hasta 2014 fueron miembros de la Familia Real y han crecido entre cámaras, son mucho más conocidos, con todo lo bueno y lo malo que pueda tener. Los Urdangarin no son polémicos e intentan llevar su vida lo más discretamente posible. Los Marichalar son todo lo contrario, y aunque odian la persecución mediática, llevan una vida social muy intensa y se dejan ver casi continuamente.
El problema es que en algunas de sus apariciones, sean públicas o simplemente por ser fotografiados por los paparazzi, llevan aparejadas una serie de polémicas que aunque perjudican la imagen de Froilán y Victoria Federica, también se asocian con la Casa Real aunque no tenga nada que ver. En un momento delicado por los escándalos del Rey Juan Carlos, echar más leña al fuego no es la mejor idea.
Por eso no ha extrañado que el Rey Felipe haya tomado cartas en el asunto. No es la primera vez que lo hace y no le ha quedado más remedio que volver a hacerlo ante unas polémicas que crecen a consecuencia de la pandemia, donde hay que ser más responsable que nunca. Como señala La Razón, Felipe VI llamó a la Infanta Elena para que pusiera orden con sus hijos y les llamara la atención.
La Infanta Elena, cansada de polémicas
Lejos de enfadarse debido a que su hermano se meta en asuntos de su casa, la Duquesa de Lugo está de acuerdo con el Rey. Está cansada de que sus hijos se metan en problemas y protagonicen escándalos. Si ya antes no le hacía gracia que sus polémicas saltaran a los medios, menos con la pandemia cuando el problema es que hayan ido a fiestas o se les vea por la calle sin mascarilla.
La Infanta Elena está harta, pero Felipe VI está molesto y quiere que sus sobrinos, a los que por supuesto quiere mucho, se comporten y no generen titulares negativos que no hacen bien ni a ellos ni a la Casa Real. En un momento en el que la responsabilidad es tan importante, dos miembros de la realeza, aunque no sean parte de la Familia Real, deben ser un ejemplo positivo.