EL Monarca se ha reencontrado con algunas amistades tras haber cumplido con sus obligaciones institucionales.
El Rey Felipe, una vez más, se ha escapado con un grupo de amigos para disfrutar de una cena privada. Lo hizo el martes 28 e mayo de 2024, después de cumplir con sus obligaciones ya que acudió a un acto en Casa América por la mañana y recibió en audiencia en el Palacio de la Zarzuela al Presidente del Bando Interamericano de Desarrollo. Cuando terminó de sus compromisos institucionales, hizo una salida privada mientras la Reina Letizia estaba en un acto en el Círculo de Bellas Artes, en la final de un concurso de monólogos científicos.
El lugar donde estuvo fue el restaurante La Vaquería Montañesa, ubicado en la calle Blanca de Navarra del barrio de Chamberí. La periodista Paloma Barrientos ha aportado más detalles al medio Vanitatis, contando que llegó al establecimiento junto a su equipo de seguridad, y se sentaron en una mesa cercana a la suya y la del resto de comensales con los que disfrutó de dicha velada. De algún modo consiguieron pasar desapercibidos para la mayoría de lo clientes que esa misma noche se dieron cita allí. Pese a que no se ha confirmado con quiénes estuvo, parece ser que podría tratarse de algunos de los antiguos docentes del Lakefield College de Canadá, donde el Rey cursó el año académico 1984-1985, antes de ingresar en la Academia General Militar de Zaragoza, como ha hecho su hija la Princesa Leonor al cumplir la mayoría de edad.
Se cree que ha podido ser así porque justo unos días después el Rey presidió un acto del Real Casino de la Lakefield Foundation Trustee Meeting. Como curiosidad, el Rey Felipe se mostró muy amable con una mujer que antes de saludarle sufrió una caída y tuvo que ser atendida por algunas personas que estaban allí presentes. También durante la cena se presentó un retrato de Felipe VI que presidirá el centro de estudiantes que llevará su nombre.Una velada tranquila
Asimismo, se ha podido saber que pese a que disfrutara de una cena tranquila, tanto a su llegada como a su marcha fue aplaudido por otros clientes que ahí se encontraban, y el sonrió tímidamente. En esta ocasión nadie se acercó a él para pedirle una fotografía, pero lo que sí hizo fue pedir una foto a sus escoltas de este encuentro entre amigos.