Y tras una reforma que costó unos 2,7 millones de euros, el Príncipe Harry y Meghan Markle se instalaron en ese lugar en el que su hijo Archie vivió en sus primeros meses de vida. Esa casa fue su hogar hasta que en 2020 se marcharon definitivamente a Estados Unidos, pero devolvieron el dinero de la reforma y apostaron por dedicar una suma de dinero para cubrir un alquiler. El dinero fue para the Crown Estate. El motivo es que querían tener un lugar al que llamar hogar para sus estancias en Reino Unido. Sin embargo, Carlos III ha acabado con esa idea.
El Monarca ha decidido que Frogmore Cottage ya no será la casa de los Sussex. Como señala The Sun, lo habría pensado tras la publicación de las memorias del Príncipe Harry. Se hizo saber a los Sussex que debían desalojar la propiedad porque se necesitaba para otra persona, sin aclarar de quién se trataba. Al recibir la noticia, el Duque y la Duquesa de Sussex se quedaron muy sorprendidos. Además, en un primer momento se les dijo que tenían dos semanas para sacar sus enseres, aunque posteriormente se amplió al plazo hasta principios de verano de 2023.
Un ofrecimiento del Rey Carlos
Esa persona para la que se necesitaba Frogmore Cottage es el Príncipe Andrés, al que se hizo saber a su vez que su paso por el Royal Lodge también debía llegar a su fin. El Duque de York se ha negado a marcharse del que considera su hogar, una residencia en Windsor Great Park por la que paga unas 1000 libras al mes. En 2003 firmó un contrato de arrendamiento por 75 años. Además, invirtió 7,5 millones en reformas. El problema es que el Rey le quiere retirar la asignación que recibía del Privy Purse, del Ducado de Lancaster, del que se llevaba 249.000 libras cada año.
Se hizo saber al Príncipe Andrés que tiene hasta otoño de 2023 para irse, pero se resiste. De todos modos, si acepta marcharse le esperaría la reformada Frogmore Cottage, que le fue ofrecida personalmente por Carlos III. Eso sí, no se ha especificado cuánto le costaría el arrendamiento. Lo que sí espera el Duque de York es una indemnización por haber pagado de su bolsillo las obras del Royal Lodge. Espera también que si se le retira la asignación, quedándole una pensión de la Marina, y que el Rey continúe financiándole la seguridad privada tras habérsele retirado la escolta pagada por los contribuyentes. El coste se cifra en unos 3 millones de libras anuales.
Así, mientras al Duque de York se le invita a marcharse al Royal Lodge y a instalarse en Frogmore Cottage, donde le acompañarían Sarah Ferguson y los corgis de la Reina a los que acogieron tras la muerte de Isabel II, Sandy y Muick, los Sussex deben desocupar el que fue su hogar. Con ello, el Príncipe Harry y Meghan Markle pierden una residencia para viajar con Archie y Lili para visitar Reino Unido, un lugar con especial protección en el que podían sentirse seguros.