Los miembros de la Familia Real Británica ya están acostumbrados a aparecer, o mejor dicho, a ser protagonistas de libros en los que se repasan momentos de su vida. Los retratos pueden ser más o menos favorecedores y algunos de ellos cuentan con el consentimiento de los protagonistas, como 'La otra cara de la moneda', de Angela Kelly, o han tenido una participación más o menos importante, como ocurrió con 'Finding Freedom', biografía que Omid Scobie y Carolyn Durand escribieron sobre el Príncipe Harry y Meghan Markle, autores que hablaron con Bekia en una entrevista que puedes ver aquí.
En 2022, hace en el que el Príncipe Guillermo cumple 40, se publica el libro 'William At 40: The Making Of A Modern Monarch' de Robert Jobson. En esta obra se cuentan numerosos detalles de la vida del Duque de Cambridge, muchas de su infancia. Por ejemplo, se cuenta que a los 8 años ya era habitual que el personal de la Casa Real Británica tuviera un trato diferente con él que con el Príncipe Harry. También lo hacía la Reina Madre, que solía pedir que su bisnieto se sentara a su lado y que fuera a visitarlo sin el Príncipe Harry.
Otra anécdota que se cuenta es cuando una vez, de camino a Highgrove con Lady Di y Ken Wharfe, encargado de su seguridad, el Duque de Sussex espetó a su hermano: " Tú serás Rey y yo no, así que puedo hacer lo que quiera ". Wharfe recordó que en aquel momento la Princesa Diana y él se miraron sorprendidos por las palabras del Príncipe Harry, que entonces tenía 6 años.
Otras anécdotas que se cuentan tienen a los dos hermanos como protagonistas. El pequeño era tan travieso que el mayor contaba lo que hacía al guardaespaldas o a la niñera. Sin embargo, a Lady Di no solo no le preocupaba el comportamiento de su hijo menor, sino que le hacía gracia, como cuando el profesor de música le llevó ante la directora porque no paraba de intentar bajarle los pantalones mientras el docente tocaba el piano. Al decírselo, la Princesa Diana se echó a reír. Pero hay más. En una ocasión Lady Di estaba contando un chiste verde sin preocuparse de que le escuchaban sus hijos. Al llegar a Wetherby, donde estudiaban, el Príncipe Harry se lo contó a la directora, que no escuchó el chiste completo porque una avergonzada Lady Di lo paró a tiempo.
Otro ejemplo de cómo Lady Di se divertía con las travesuras de sus hijos fue cuando les animó a realizar una carrera de karts en el jardín de Highgrove, un lugar sagrado para el Príncipe Carlos, que no estaba por allí. El jardín sufrió las consecuencias del paso de los karts por allí. Seguramente al Príncipe de Gales no le hizo tanta gracia como a la Princesa Diana. Tampoco le hizo gracia a la niñera Jessie Webb cuando un pequeño Príncipe Harry le dijo que tenía que adelgazar y menos gracia todavía hizo cuando un guardaespaldas tuvo la mala idea de que el Príncipe Harry, que no tenía más de 7 años, recibiera una pequeña lección de conducir con el coche del Príncipe Carlos. Solo era para que aprendiera el funcionamiento del freno y el acelerador, y como no quiso terminar la clase, se enfadó y pisó con fuerza el acelerador. El coche se estrelló contra un muro de piedra, aunque afortunadamente nadie salió herido. También se puso en peligro cuando se escapó y se escondió en un pajar o cuando se empañaba en montar en un pony Shetland que no era especialmente dócil y siempre le tiraba, no sin antes protagonizar una persecución en la que no faltaba el Príncipe Guillermo tratando de salvar a su hermano.
Al Príncipe Harry le costaba seguir las normas, algo que al Príncipe Guillermo no le pasaba, al menos en público. De acuerdo con el libro, a Lady Di le gustaba que sus hijos fueran libres y se divirtieran lo máximo posible. A su padre, no tanto, como cuando les pilló haciendo sus necesidades desde un alto en Highgrove. El Príncipe Carlos les riñó, pero no le hicieron caso. Tampoco hizo caso el Príncipe Harry a Lady Di, que se enfadó mucho, esta vez sí, cuando en una pelea con su hermano le golpeó con un taco de billar.
Una dura frase a Lady Di
Los años pasaron, los niños fueron creciendo y el Príncipe Guillermo iba madurando. De hecho, estaba contento en el colegio, se divertía, estudiaba y se alejaba un poco de su madre, que empezaba a apoyarse en su hijo mayor ante sus problemas, lo que estaba generando demasiado estrés en él. Además, en los peores momentos del matrimonio de sus padres, el Príncipe Guillermo le pidió que dejara de hablar mal de su padre delante de él. Un ejemplo de cómo todo eso le pasó factura sucedió cuando en una cena en la que estaba una periodista con su hija el Príncipe de Gales comentó lo mucho que le gustaba 'The Goons', ante lo que la periodista se puso a cantar la canción del show. La hija de la periodista se volvió hacia el Príncipe Guillermo y al comentar la vergüenza que podían llegar a dar los padres, fue tajante: "Papá no me avergüenza. Mamá, sí". No fueron años fáciles ni para el Príncipe Guillermo, ni para el Príncipe Harry, que tendrían que enfrentarse a la separación de sus padres, el divorcio, el escándalo y sobre todo la trágica muerte de Lady Di en 1997.