No fue fácil para él alcanzar el Trono de España. Su abuelo, Alfonso XIII, se marchó de España al haber permitido la existencia de una dictadura, la de Primo de Rivera. Se había proclamado la II República, que cinco años después de su llegada fue contestada con un Golpe de Estado que dio paso a una Guerra Civil y a otra dictadura, esta vez más sangrienta, que duró casi cuatro décadas.
Para devolver la Monarquía a España, Juan Carlos de Borbón tuvo que realizar sacrificios. Fue apartado de su familia, la Familia Real, y llevado de Estoril a España para educarse en el país que estaba llamado a reinar si el dictador Franco lo permitía. Tuvo que vigilar sus actos, sus movimientos y sus palabras para que Franco no sospechara que pretendía cargarse el régimen a su muerte, y pese a todo, lo consiguió.
Se enemistó con su padre por el Trono, pasó muchas noches sin dormir por las muchas preocupaciones que vivió incluso cuando fue proclamado sucesor a título de Rey en 1969. Fueron años difíciles que no se calmaron ni cuando alcanzó la Corona el 22 de noviembre de 1975 al ser proclamado Rey de España. Era el momento de establecer una Democracia, y no fue fácil teniendo en cuenta la situación del país, con la extrema derecha desestabilizando por un lado y ETA por otro atentando día sí y día también. Ambas facciones provocaron que España pasara por un momento de enorme inestabilidad, y para colmo la situación económica era preocupante. Y entonces llegó el 23F, y fuera cual fuera su participación, el Rey Juan Carlos lo paró, y terminó ganándose el favor de los españoles y las españolas.
Pero el tiempo pasa y una mala acción borra todo lo bueno. Además, cuando las malas acciones son demasiadas, ya poco se puede hacer para ensalzar lo positivo, como ha ocurrido con el Rey Juan Carlos. Son muchos los escándalos que ha protagonizado quien ostentó la Jefatura del Estado entre el 22 de noviembre de 1975 y el 18 de junio de 2014, aunque si se obvian desgracias familiares, amistades inadecuadas y demás infortunios, sigue habiendo material para reprochar a quien debería tener una conducta irreprochable.
Más allá de que glosara la figura de Franco, de sus múltiples amantes y sus presuntos hijos secretos, los mayores escandalos del Rey Juan Carlos son el Caso Nóos, que afectó de lleno a su querido yerno, Iñaki Urdangarin, que de hecho cumple condena desde el 18 de junio de 2018 por esta causa, la cacería de elefantes de Botsuana de abril de 2012 y Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Lo más llamativo es que los tres escándalos están más o menos relacionados y unidos por esta alemana que sigue llevando el apellido de su exmarido y que entró en la vida de los españoles y españolas cuando se descubrió dónde y con quién estaba cuando se rompió la cadera en aquel fatídico abril de 2012.
Tras conocerse quién era Corinna zu Sayn-Wittgenstein y que había sido una conseguidora que se había enriquecido durante los años que mantuvo una relación con Juan Carlos de Borbón, el escándalo fue tan grande que no hubo opciones para ella: debía salir de España y no volver jamás. Sin embargo, tuvo el cuajo de ofrecer diversas entrevistas, y en vez de callarse, devolvía de nuevo su nombre a la actualidad. Cuando más tranquila estaba, regresó, esta vez por obra y gracia del excomisario Villarejo, que pese a estar en la cárcel por delitos como pertenencia a organización criminal, blanqueo y cohecho, sigue echando un pulso al Estado para lograr la libertad y ciertos beneficios. Las cloacas del Estado están más llenas de fango que nunca, y lo peor es que quien se hunde en él es quien ostentó la Corona durante 38 años y medio y pilotó el paso de una cruenta dictadura a una Democracia plena.
El regreso de Corinna
Las revelaciones de Villarejo que publican OK Diario y El Español y que proceden de unas presuntas charlas con Corinna, dan la puntilla al Rey Juan Carlos, que ha dejado de ser un activo para Casa Real y es ahora un absoluto lastre que puede llevarse por delante todo la labor del casi siempre impecable Felipe VI. Aunque Ana Romero aseguró en su libro 'El Rey ante el espejo' que Villarejo intentó acercarse a Corinna sin éxito, se supone que las grabaciones que se hicieron sin el consentimiento de la alemana son ciertas. De hecho, la examante del Rey Emérito ha hablado para criticar que se vuelva a usar su nombre para los fines que busca Villarejo, pero no niega que sea ella: "No puedo permitir ser utilizada en un conflicto que no me atañe", ha declarado.
Entre las revelaciones, se dice que la Reina Sofía obligó a que Corinna fuera expulsada de España como condición para visitar al Rey Juan Carlos tras su operación de cadera de 2012. Cumplió, aunque estuvo 20 minutos, si bien es cierto que eso son asuntos más privados que otra cosa. Lo grave es que Corinna habla de una cuenta de Juan Carlos de Borbón en Suiza con testaferros : "Han puesto algunas cosas a nombre de su primo, Álvaro de Orleans Borbón, que también vive en Mónaco". En el ajo está también el abogado Dante Canonica. ¿De dónde proceden esas cuentas y por qué qué un Jefe del Estado (aunque desde 2014 ya no lo sea) tiene dinero en Suiza y con testaferros?
Y luego está el terreno de Marruecos que Mohamed VI habría cedido al Rey Juan Carlos para que viviera allí con Corinna. De esa propiedad habla Ana Romero en su libro, aunque señala que Casa Real montó en cólera y le quitó la idea de la cabeza al Rey Emérito, que parecía no pensar con claridad. Pero la cosa no quedó ahí, ya que Corinna asegura que pudo estar en problemas: "Montan una estructura que se llama X. Ponen una propiedad dentro de la estructura. Hacen como un contrato de venta. Claro que no pueden decir que el beneficiado es el otro. No voy a disfrutar de la propiedad porque es un regalo envenenado. Estoy viviendo una pesadilla enorme. Me están poniendo muchísima presión, pero si lo hago es blanqueo ".
Parece ya grave, pero además Corinna revela que el director del CNI, Félix Sanz Roldán, la amenazó a ella y a sus hijos si hablaba. El Rey Juan Carlos le habría dado una lista con datos comprometidos de personalidades relevantes por si le pasaba algo, ya que tenía un nódulo en el pulmón y pensaba que iba a morir. Se recuperó, el CNI quiso recuperar la lista, pero no hubo éxito, o al menos eso dice Villarejo.
Corinna se ha quejado de que se intentó exculpar a la Infanta Cristina metiéndo su nombre en el Caso Urdangarin, pero si fue así, se cobra su venganza con estas revelaciones que dejan muy mal a quien un día fue querido por España, o al menos por una parte de los españoles y españolas. Ya para rematar, en el famoso proyecto del AVE a La Meca al que tanta publicidad se le dio como un éxito del Rey Emérito para los intereses españoles, Corinna ha contado que Juan Carlos de Borbón habría cobrado una comisión de en torno a 40 millones, algo vergonzoso. La Justicia debe investigar todas estas revelaciones para que el honor del Rey Juan Carlos no se vea afectado por mentiras, si es que son mentiras. Pero si es verdad... Felipe VI debe demostrar que no le tiene que temblar la mano y la Justicia debe ser de una vez igual para todos.