La Familia Real de Luxemburgo, o mejor dicho la Ducal, no atrae tanta atención como ocurre con la Española, la Británica o la de Mónaco, mucho más mediáticas, aunque no será por falta de miembros, ya que además de los Grandes Duques Enrique y María Teresa se encuentran sus cinco hijos y sus cuatro nietos, además de Juan de Luxemburgo, Gran Duque entre el 12 de noviembre de 1964 y el 7 de octubre de 2000.
Su última reunión tuvo lugar con motivo de la misa en la Catedral y la procesión de la Octava Católica que se realiza en honor a Nuestra Señora de Luxemburgo. Allí se dejaron ver varios miembros de los Nassau-Weilburg, que pasearon por las calles de la capital hasta llegar al Palacio Ducal, donde salieron a saludar a los ciudadanos desde el balcón.
La presencia más llamativa fue la del Príncipe Juan de Luxemburgo, que a sus 97 años tiene muchos problemas de movilidad y necesita una silla de ruedas, pero se siente con la suficiente fuerza como para dejarse ver en este tipo de actos. Menos llamativa fue la presencia de la Princesa Alejandra, que participa en eventos de importancia o tradición para la Familia Ducal.
Quienes no son tan habituales son el Príncipe Luis y sus hijos, el Príncipe Gabriel y el Príncipe Noé. Aunque ninguno de los tres está en la línea de sucesión a la Corona, el Gran Duque mantuvo el título de su hijo y terminó concediendo a sus nietos tratamiento real. El Príncipe Luis, separado desde enero de 2017 de Tessy Anthony, se mostró muy cómplice con su hermana Alejandra.
Sin noticias del heredero
Por otro lado, estuvieron el Príncipe Guillermo y la Princesa Estefanía, que cinco años y medio después de su boda siguen sin tener descendencia, algo poco común en la realeza y más en una pareja heredera. Cuestiones dinásticas aparte, la siempre discreta Stéphanie de Lannoy destacó por su tocado rojo a modo de diadema con el que estaba muy favorecida y que le hacía juego con la chaqueta.
A quien se echó de menos fue al Príncipe Sebastián, y sobre todo a los Príncipes Félix y Claire, quienes tenía la ocasión perfecta para dejarse ver junto a sus hijos, la Princesa Amalia y el Príncipe Liam. La línea del Príncipe Félix estaría llamada a reinar si Guillermo de Luxemburgo sigue sin descendencia, por lo que no sería raro que aparecieran en más actos públicos.