Doña Leonor se encargó de entregar los galardones, aunque su gran momento llegó casi al final con un discurso que emocionó y en el que hizo referencia a sus raíces asturianas, a la importancia de Asturias en su vida y en la de su Real Familia y a su compromiso con España. ¿Fue un éxito? Depende de a quién le preguntes.
La falta de conexión de la Corona con los jóvenes
"El gran problema que tiene la Corona es conectar con los jóvenes. Que una niña suelte un discurso diciendo 'nosotros los españoles, voy a querer a Asturias', creo que no es una forma de acercarse a la juventud", comenta también la escritora.
Por otro lado, piensa que el gran problema es que no se dan a conocer, o no lo hacen como deberían para conectar con la gente: "No se puede querer lo que no se conoce. Todo son rumores... Que si estudian chino mandarín, ¿son vegetarianas? ¡quién sabe! Los periodistas tenemos que escribir por rumores porque no tenemos información de ellas. Me encantaría saber lo que hacen, quiénes son sus amigas, qué aficiones tienen, cómo se comportan con la niñas del colegio. Que se dieran a conocer de una forma moderna y no vestidas de gala y en una ceremonia impresionante en la que el más joven tiene 60 años, sino alternando y haciendo las cosas que hacen los niños de su edad. Quizás la gente joven diría: '¡Qué bien!, ¡a mí me gustaría hacerlo!' Que sirvan de ejemplo para los jóvenes", apunta la catalana.
También hay un pequeño reproche hacia Don Felipe y Doña Letizia: "Ese querer que la Familia sean los Reyes y sus dos hijas, el limitarlos tanto es un error, me gustaría ver cómo se expanden y cómo se relacionan con los demás. Son niñas muy educadas, pero aparte de sonreír y de ser educadas no sabemos nada más de ellas. ¡Cómo vamos a querer a alguien a quien no conocemos!".
En ese sentido opina que debería seguir el ejemplo de la Reina Sofía con el Rey y las Infantas Elena y Cristina: "Cuando sus hijos eran pequeños se les veía en bicicleta, en meriendas familiares, iban al teatro, al cine, conocíamos a los amigos, sabíamos quiénes eran los niños con los que jugaban", manifiesta Pilar Eyre.