La derrota y el exilio del Rey Juan Carlos no debilita a la Reina Sofía, pero sí le afecta. Ella ha sido la Reina consorte de un Rey que careció de ejemplaridad mientras la pedía en sus discursos y que tenía que demostrarla por su cargo. No habría sido Reina de España de no haberse casado con Juan Carlos de Borbón. Doña Sofía consagró su vida al país al que eligió también al contraer matrimonio, pero también a apuntalar el reinado de Juan Carlos I. Y lo hizo, lo supo hacer y se convirtió en una magnífica Reina con muchas luces y pocas sombras.
Para la Reina Sofía es duro ver cómo se ha ido desintegrando su familia, ver que Juan Carlos de Borbón ya no está allí, aunque lo cierto es que hacía años que no compartían estancias y si no tenían que verse por algo en concreto, podían pasar semanas sin saber el uno del otro. Esto fue confirmado en XREY por Javier Ayuso, director de comunicación de Casa Real entre 2012 y 2014: "Es una familia más española desestructurada y ellos decidieron, yo creo que por responsabilidad, que no podían divorciarse y que tenían que seguir conviviendo. Yo el tiempo que estuve llevaban vidas separadas, era una familia desestructurada en la que el marido y la mujer no se ven".
Un divorcio imposible
El divorcio no era una opción, aunque el Rey Juan Carlos lo habría planteado para casarse con Corinna. Recordando que un divorcio de una pareja reinante o heredera no eran tan descabellado, aunque en el caso de los Reyes Juan Carlos y Sofía sí lo era, el Emérito habría pensado en disolver su matrimonio con Doña Sofía. Felipe VI no lo habría permitido, tanto por el escándalo que hubiera supuesto, como por la idea de quién iba a ser la mujer de Juan Carlos I, como también por el estatus en el que dejaba a su madre. Doña Sofía era Reina, desde 2014 con tratamiento honorífico, pero reina al fin y al cabo, y miembro de la Familia Real Española porque se había casado con Juan Carlos de Borbón. Si dejaba de serlo, podría perder un estatus que quizás mantendría como madre del Rey. No era posible, no era una posibilidad lógica. Todo esto solo serviría para hacer crecer los escándalos y debilitar la Monarquía.
De este modo, los Reyes Juan Carlos y Sofía estaban condenados a estar casados y a vivir bajo el mismo techo, aunque ese techo sea tan grande que no haga falta verse. Sin embargo, los escándalos financieros de Juan Carlos I han sido tan comprometedores que ante la amenaza de arrastrar en su caída a la Corona, el que fuera Rey de España entre 1975 y 2014 ha optado (o le han invitado a ello) por exiliarse. Así, la Reina Sofía se queda en La Zarzuela, alejada y quizás liberada de ese hombre que tan buenos momentos le dio, pero que tanto le ha hecho sufrir. Es el único 'divorcio' posible para la Reina Sofía, el único con el que no pierde y con el que tan solo se aleja de Juan Carlos de Borbón, por el que a pesar de todo, no siente el desprecio que otras personas en su lugar sentirían.