Doña Sofía regresó a Mallorca para pasar sus vacaciones de Semana Santa junto a Irene de Grecia. Una vez allí, ambas acudieron a un concierto que se ha podido volver a celebrar con público.
Las vacaciones de Semana Santa para la Familia Real son una incógnita salvo en el caso de uno de sus miembros, la Reina Sofía, a la que le sigue gustando pasar el máximo tiempo posible en Mallorca y no duda en instalarse en Marivent para disfrutar de unas vacaciones de primavera junto a su hermana, Irene de Grecia. Así, mientras nada se sabe del paradero de los Reyes Felipe y Letizia, que no tienen actos en su agenda y no van a pasar por Mallorca, Doña Sofía viajó a la isla para disfrutar de unos días allí con Irene de Grecia, su mejor acompañante y la persona con la que comparte su vida.
Y allí, en su querida Mallorca, recuperó una tradición perdida por la pandemia y que se ha vuelto a recuperar: el concierto solidario a beneficio de Projecte Home que tiene lugar en la Catedral de Palma. Tres años después de la última vez, este recital benéfico ha vuelto con público y ha contado con la presencia de la Reina Sofía y la Princesa Irene, que han querido apoyar el concierto y darle mayor visibilidad con su presencia.Una discreta, otra sonriente
Doña Sofía saludó a las autoridades y personalidades que le esperaban a la entrada del templo, entre ellas Aina Calvo, delegada del Gobierno, el Alcalde de Palma, José Hila, el Presidente Ejecutivo de Projecte Home, Jesús Mullor, y su fundador, Tomeu Català. La Reina Sofía se llevó la mano al corazón para saludar, gesto habitual en Don Felipe, pero también estrechó alguna mano.
Mientras Irene de Grecia se mostró tan discreta como siempre, tratando de pasar completamente desapercibida, la Reina Sofía fue todo sonrisas, lo que se notó incluso pese a la mascarilla. Destacó además su look, compuesto por un abrigo tipo kimono negro con flores beige y pantalones negros. Por su parte, su hermana apostó por un atuendo sobrio en negro y gris.
El recital celebrado en la Catedral de Palma llevó por título 'Un cant a l'esperança' y contó con la Orquestra Simfònica y la Coral Universitat, así como con los solistas Marta Bauzà, soprano, e Isaac Galán, barítono. Todos ellos fueron dirigidos por la batuta de Joan Company.