La Reina tiene el corazón en un puño porque está viendo cómo su hogar de su infancia corre peligro a causa del fuego.
La Reina Sofía está muy preocupada por el incendio que amenaza el palacio de Tatoi ubicado en Grecia a pesar de que esté disfrutando de sus vacaciones en uno de sus lugares favoritos Palma de Mallorca. El fuego lleva varios días en el norte de Atenas amenazado con devorar el que fue el primer hogar de la reina y la situación cada vez es más crítica.
La ministra de cultura del país griego apellido que se traslada en numerosos artículos que se encuentran en el palacio y que tienen un gran valor histórico así como carruajes obras de arte y muebles. Lo cierto es que a pesar de que el fuego avance con gran velocidad las informaciones sobre lo que está ocurriendo en este lugar son bastante confusas pero sí que se sabe que el incendio ha llegado hasta el cementerio real dónde descansan los restos de los familiares de la Reina Sofía. El fuego que asola a la ciudad ha trastocado por completo las vacaciones del Príncipe Pablo tal y como ha compartido el medio News Break, por lo que viajó desde Porto Jeli a Atenas después de recibir una llamada de su hermano Nicolás con el fin de poder salvar algunos de los objetos que tienen bastante valor, más que económico, sentimental para la familia, como los uniformes oficiales de los reyes Jorge, Pablo y Constantino.
En estos momentos lo único que pueden hacer es esperar a que el fuego sea completamente extinguido y es que los bomberos no dejan de trabajar para que el Palacio de Tatoi siga formando parte de un lugar de referencia cultural dentro de Grecia. Mientras tanto, la Reina sigue en comunicación con su familia, no obstante, está claro que estas vacaciones tendrán un sabor bastante agridulce para ella. Alejada de Grecia durante años
Pese a que sienta un enorme cariño por su país, lo cierto es que desde que se casó con el Rey Juan Carlos, su vida cambió por completo. Dejó su país en 1962, tras su boda, y, desde la caída de la monarquía griega en 1967, solo volvió en dos ocasiones: para acompañar el cuerpo de su madre desde Madrid, donde murió, hasta el cementerio de Tatoi y, en 1998, con motivo del primer viaje de Estado del Rey Juan Carlos a Grecia. Más tarde sí ha regresado para disfrutar de su país de una manera más relajada que antes, cuando su agenda era mucho más apretada.